Cuando se cumpla la primera semana desde la asunción de Claudio Tapia, la AFA recibirá un primer pago del nuevo contrato de televisación del fútbol, a cargo del dúo Fox-Turner. El miércoles se acreditarán en la cuenta bancaria 400 millones de los 17.526 millones de pesos estimados para los primeros cinco años del contrato. A fin de mes, el 30, se sumará otros adelanto de 1126 millones de pesos provenientes de las empresas estadounidenses. Mientras la Superliga continúe en etapa de construcción, el dinero será administrado desde Viamonte 1366. «El poder del Chiqui dependerá del tiempo de la Superliga. Si se demora ese proceso, va a construir poder propio», imagina uno de los asambleístas que votó a favor de la llegada del presidente número 55 de la AFA. El titular de Barracas Central, formado en el moyanismo desde que se afilió a Camioneros cuando barría las calles porteñas y luego como yerno del líder sindical, usará la carta favorita de Julio Grondona: articular y tejer con el dinero. Y ahí, en el manejo de la caja, acaso se encuentre la gran disputa de los días por venir para el primer presidente electo después de Grondona.

El primer round de la contienda llegará el martes, en la Asamblea Extraordinaria convocada para avanzar en el armado de la Superliga. En el tercer piso del petit hotel de la calle Viamonte, se ratificará el acuerdo televisivo con Fox-Turner y se designarán los cargos del nuevo campeonato. Las porciones de la torta hasta ahora se repartirán en base a lo votado en la Asamblea del 24 de febrero: un 78% para la Primera, un 12% para la B Nacional y el resto, a la AFA. Aunque podría haber retoques. Ocurre que la autonomía de la Superliga es limitada. Será la AFA la que ponga parte de su estructura –árbitros y licencias, por caso– a disposición mediante un convenio de coordinación. Es una formalidad. Aunque es necesaria: sin ese acuerdo, no hay luz verde para torneo. El flamante oficialismo lo sabe y lo hará valer.

En la conferencia en la que inició su mandato, sentado entre Hugo Moyano y Daniel Angelici, los dos motores de su victoria, Tapia llamó a refundar la AFA. «Tenemos que hacer un análisis profundo de todos los contratos», dijo, con la camisa celeste desabotanada, cuando lo consultaron por Edgardo Bauza, hoy con los días contados en la Selección (ver aparte). La referencia del presidente, de cualquier modo, va más allá del vínculo con el Patrón. La nueva dirigencia repasará cada contrato, en especial los relacionados a la Argentina, el principal activo de la AFA, en busca de más fondos para hacer frente a un presupuesto que ronda los 60 millones de pesos mensuales. 

La importancia de clasificar al Mundial, entre otras cosas, también redunda en billetes: quedan por negociar las transmisiones de los partidos en Rusia 2018 y el monto para el actual subcampeón del mundo no será un número menor. «Se necesita una revisión integral de todos los acuerdos vigentes del seleccionado para renegociar aquellos que no estén adecuados a los cánones actuales. Eso incluye la venta de los derechos televisivos, los amistosos, la esponsorización y los derechos de imagen», detalla Damián Dupiellet, presidente ejecutivo de Futsal y fútbol playa. Incrementar los recursos y explorar áreas todavía sin explotar son otras de las tareas de la AFA que se viene. 

La eventual rebaja de la sanción a Lionel Messi podría ser la primera medalla de la conducción de Tapia. Más allá de reducir el castigo, el caso expone otra pata de la reconstrucción económica y política de la AFA: el lugar perdido en la órbita internacional, poder que Grondona exprimió como nadie como vice de la FIFA. La Asociación no tiene el teléfono rojo ni siquiera para evitar penas sobre el mejor jugador del mundo. Una falencia que trasciende a Messi: tampoco tiene peso para recibir recursos financieros al menos en tiempo y forma, otra habilidad de Grondona.

La mayoría de los dirigentes, además, celebra que hayan quedado atrás los 973 días recorridos sin que los clubes pudieran elegir un presidente. «Todo el proceso de intervencionismo terminó con la democratización de la AFA en contra de la voluntad del gobierno, que no pudo sostenerse más de un año cuando imaginaba llegar a Rusia», destaca Daniel Mariatti, titular de Argentino de Rosario y asambleísta por la D. La despedida del Comité de Regularización tuvo un apellido central: Angelici, el facilitador de la asunción de Tapia y acaso el gran ganador en el mapa actual de la Asociación donde ya reviste como vicepresidente primero. El Tano es el único corresponsal del gobierno en Viamonte 1366: logró desplazar a Fernando De Andreis, secretario general de la Presidencia, y a Fernando Marín, los sepultureros del Fútbol para Todos. El Tano consiguió sentarse junto al Chiqui y atender los llamados de la Casa Rosada. Logró nada menos que tener juego propio. Y en el terreno que mejor se mueve: las sombras.
Rodolfo D’Onofrio y Marcelo Tinelli son el espejo invertido. El presidente de River está enfrentado con Angelici desde el episodio del gas pimienta y en el oficialismo lo miran con desconfianza.

Cuentan que el conductor televisivo votó a Tapia a regañadientes, desganado, para cuidar su lugar en la Selección. Ese apoyo calculado no le serviría de protección (ver aparte). A los dos dirigentes les machacan la misma actitud: sectarismo, una conducta –agregan– que los convirtió en los únicos grandes sin representación en la flamante Comisión Directiva. La factura, se presume, será todavía más costosa.