Fue la sorpresa más grande de mi vida. Principalmente porque jamás había imaginado que iba a grabar un disco, pero además, la verdad, la canción me parecía tan mala que no la quería grabar. Por suerte en Sony Music insistieron”, cuenta más de 20 años después Christian Puga, autor de «La rubia del avión». Explica que el tema que iba a hacer furor “fue un regalo de cumpleaños para un amigo que, el fin de semana del 12 de octubre del 93, con el dólar uno a uno y la gente viajando sin parar fuera del país, me comentó que se iba a Brasil con un grupo de compañeros del laburo, entre los que había una rubia que estaba bárbara”. 

La canción –que luego tendría varias interpretaciones, incluso políticas– significó para Puga y su banda, Los Ladrones Sueltos, “un largo viaje de egresados, que empezó en el verano del ’94” y que cambió su vida para siempre: “Fueron dos años viajando y cantando por todos los países de la región”. Y cuando parecía que todo terminaba, “vino otro milagro: un productor brasileño que vino a ver a los Rolling Stones a River se encontró con Los Ratones Paranoicos de teloneros y le encantaron. No pudo llevarlos a Brasil porque justo se casaba el bajista, y en esos días que estuvo en Buenos Aires escuchó mi sagrada canción y dijo: ‘Esto es lo que quiero’. A partir de ahí hicimos más de 200 shows en varias ciudades de Rio Grande do Sul, con un éxito todavía mayor que el que habíamos tenido en Argentina.” Para entonces, los Ladrones ya tenían otro hit: «No le dijo nada», sobre una chica muda.

Después llegó la etapa mexicana de Puga, con «Ruge Uge», otro éxito que lo hizo rodar por Centroamérica y “que en Argentina no se conoció”. Pero nada, asegura el cantautor, se compara con aquella rubia del avión, de ahí su «eterno agradecimiento a los que creyeron en el amor”. «