Ahora sí: Boca y River disputarán este mes una histórica final de la Copa Libertadores, luego de tres días de incertidumbre hasta la difusión este sábado de un fallo disciplinario de la Conmebol contra Marcelo Gallardo.

La Conmebol decidió suspender al entrenador de por cuatro partidos por infringir una sanción en la revancha de la semifinal ante Gremio el martes pasado, pero rechazó un reclamo del club brasileño de darle por ganado el encuentro ante el conjunto argentino. De este modo quedó confirmada la inédita final que medirá a los rivales históricos del fútbol argentino por primera vez desde que comenzó el torneo en 1960.

Gallardo ni siquiera podrá ingresar al primer partido de la serie final, el sábado próximo en La Bombonera, y en los tres siguientes encuentros tendrá varias restricciones, entre ellas la prohibición de tomar contacto con sus jugadores o el cuerpo técnico.

En la Arena do Gremio el martes pasado, la televisión lo captó con un intercomunicador en la mano dando instrucciones a sus asistentes lo cual está prohibido. Tampoco estaba autorizado a bajar al vestuario para arengar a los futbolistas como lo hizo.

Gallardo estaba suspendido por una demora en el regreso a la cancha para el segundo tiempo del partido de ida con Gremio en Buenos Aires, perdido por 1-0.

El presidente de Gremio, Romildo Bolzan, reaccionó duramente este sábado contra el fallo del Tribunal de Disciplina de la Conmebol.

«Recibo esta noticia con enorme decepción, por no decir una sospecha de que la Conmebol ni siquiera contempló castigar a River», señaló el dirigente a la radio Gaucha de Porto Alegre.

Bolzan subrayó que se trata de una decisión que «desacredita por entero al fútbol sudamericano».

Disculpas, sin excusas

Gallardo, en una conferencia de prensa el viernes, se escudó en cuestiones «emocionales» para justificarse, pero a las vez se mostró resignado.

«Cuando se actúa impulsivamente, cuando se actúa con el corazón, a veces se pierde la razón. Si fue un acto de indisciplina pido disculpas, no tuvo nada que ver con una postura desafiante de mi parte», dijo en aquella rueda.

En el club se esperaba una dura sanción al entrenador y la multa que correspondiera, pero finalmente el castigo fue menos severo de lo que se esperaba.

«Fui sanguíneo, pero asumí mi responsabilidad, asumí que trasgredí la norma», señaló el viernes Gallardo.

Minutos después de difundido el fallo de la Conmebol que confirmó el superclásico, el entrenador de Boca Guillermo Barros Schelotto dijo este sábado que sus dirigidos «dejarán la vida» para ganar el cetro continental ante el histórico rival.