El gobierno propondrá en la audiencia del viernes un aumento en el precio del gas en boca de pozo bastante más moderado que el impulsado en marzo, que la Corte Suprema invalidó. Incluirá también incrementos en las tarifas de transporte y distribución, los otros dos rubros que componen la factura que pagan los usuarios. El primero de esos items, técnicamente conocido como precio en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST), es el que remunera a las empresas productoras de gas. El valor cambia según la cuenca de origen y el tipo de usuario que lo recibe. Hasta marzo, los usuarios de menor consumo pagaban un promedio de 0,52 dólar por millón de BTU, unidad térmica en que se factura el fluido. La resolución 28/16 del Ministerio de Energía, luego anulada, había situado ese valor en 2,86 dólares. La nueva propuesta lo fija en 2,17 dólares, un 317% más caro que la actual. Traducido, significa $ 1,22 por metro cúbico, cifra que crece hasta $ 2,98 para los que consumen más de 1500 metros cúbicos por año.

Esos valores, según el cálculo que hacen en Energía, harían que el subsidio estatal sea del 50% del precio del gas. El subsecretario de Exploración y Producción, Marcos Pourteau, defendió en su informe al Enargas la necesidad del aumento para achicar el aporte fiscal e incentivar la producción. Pero admitió que se debe tener en cuenta un «criterio de gradualidad» para que pueda ser pagado por los usuarios. A cambio propone aumentos semestrales de entre 12 y 14 por ciento, en abril y octubre de cada año, para llegar a fines de 2019 en 6,78 dólares por millón de BTU. Esa cifra es mucho más cara que los 5 dólares promedio que se pagan en el mercado internacional. En cuanto a las transportadoras y distribuidoras, el criterio del Enargas es asegurarles ingresos suficientes para cubrir sus costos, pagar deudas y ejecutar las inversiones que garanticen el servicio hasta que se realice la Revisión Tarifaria Integral. Para ello pidió a cada empresa una estimación de sus necesidades y lo comparó con los ingresos que tenían hasta marzo. Anualizada, la diferencia es de $ 10.029 millones, que se planea incorporar a la tarifa para que los paguen los 8,2 millones de usuarios.

Con esos componentes, acertar un porcentaje exacto de aumento tarifario es como ganar el Loto. El gobierno habla de 203%, aunque el ministro Aranguren lo subió a 237%. En Energía aseguran que en verano el 79% de los usuarios residenciales pagará menos de $ 500 bimestrales, pero en invierno el 41% abonaría más de $ 1000 por bimestre. Los impuestos harán subir entre 25 y 30% esos montos.