La era Macri ha sido fructífera para el Grupo Techint. El conglomerado industrial y financiero ha consolidado su influencia, en simultáneo, tanto en el sector privado como ante el gobierno nacional.

Para fortalecer su peso específico ante el poder político, Techint ha jugado la carta de lo «imprescindible» para el gobierno, porque asegura que Paolo Rocca, conductor del conglomerado, y la propia Techint, son los únicos con capacidad de encolumnar a los sectores industriales y productivos dispersos tras los años de la experiencia kirchnerista. Y ante estos se presenta como el único interlocutor con capacidad de influir en el gobierno a fin de que adopte políticas afines a sus intereses.

Techint también ha apelado a su red global de contactos para alimentar este plan. Así, ha formado parte del impulso a viajes en búsqueda de inversiones, desde el del presidente Mauricio Macri a Estados Unidos en abril pasado hasta la recepción de una nutrida delegación de empresarios europeos encabezada por la comisaria Elzbieta Bienkowska.

El Grupo Techint no parte de cero: ocupó el segundo lugar del ránking de las empresas que más obra pública realizaron durante la administracuión de Cristina Fernández. Y en la Ciudad, fue el ejecutor de la Línea H del Subterráneo de Buenos Aires, una de las mayores obras realizadas durante el mandato de Mauricio Macri en la Capital Federal.

Techint impulsó la candidatura de Macri; tras su triunfo, negoció puestos en el gobierno para hombres de la corporación. Su tejido incluyó el acercamiento del gobierno nacional a la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la gremial que tiene a Paolo Rocca como uno de sus pilares fundamentales.

La cercanía entre el gobierno y AEA se ha profundizado. Fuentes del sector empresario aseguran que existe una agenda conjunta que tratan periódicamente los empresarios y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y sus dos principales laderos, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.

En cambio, entidades como la Unión Industrial (UIA) siguen esperando que Balcarce 50 confirme si acepta o no el pedido de audiencia que realizó la flamante conducción de la institución, con el aceitero Miguel Acevedo a la cabeza.

Para Juan Carlos Sacco, presidente de la Federación de la Industria Gráfica (Faiga) y miembro de la conducción de la UIA hasta la última renovación de autoridades, el mes pasado, el acercamiento del gobierno y AEA «es una decisión política. AEA creció porque el gobierno lo decidió. La estrategia es ir al dueño directamente y preguntarle cara a cara si va a invertir o no, si cree en el modelo o no cree». Como contracara del crecimiento político de AEA, «hubo un estancamiento en las relaciones con las otras entidades del Grupo de los 6», indicó.

Desde el Observatorio de las Elites Argentinas de la Universidad de San Martín, el investigador Alejandro Gaggero consideró que «existe un vínculo estratégico» entre Techint y el gobierno, y mencionó los proyectos petroleros de la compañía en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta; la inclusión de media docena de cuadros en funciones de relevancia dentro del gobierno nacional; y la defensa oficial de los intereses de Techint en la provisión de caños para gasoductos y la puja con competidores chinos.

Sobre este último punto, el gobierno nacional presionó al de Córdoba para que diera marcha atrás en tres licitaciones para la construcción de una serie de gasoductos porque el proveedor mayoritario de los caños sería una empresa china, al punto que la Secretaría de Comercio de la Nación abrió un expediente en el que aseguraba que el «margen de dumping» era del 138% del valor de los caños. Techint sí logró que Odebrecht le comprara los caños para el tramo que le correspondía.

El gobierno de Córdoba se encargó de hacer circular la versión de que la «verdadera» presión venía de Estados Unidos, país en el que Techint inauguró recientemente una planta con la presencia del presidente Macri. La historia tiene su colofón: en diez días se abren los sobres de la relicitación cordobesa, y casi al mismo tiempo se espera la apertura de sobres de otras tres licitaciones de gasoductos en los que compite, otra vez, con empresas de China.

Si las cosas siguen su curso lógico, Techint debería ganar la provisión de los caños. «