“Una máquina que en 2015 costaba $2.000.000 ahora nos cuesta $8.000.000. De trasladar esa suba a precios, la demanda caería aún más. Solo los formadores de precios han podido aumentar sus productos de un 400 a 800 %, como es el caso de los rubros de alimentos y combustibles”. La descripción pertenece a Cristian Horton, presidente de la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos (Conarcoop), que alertó por la “grave situación” que viven las cooperativas a raíz de la suba del tipo de cambio.

La megadevaluación de los últimos meses impacta fuertemente en las estructuras de costos de producción. A diferencia de los productores de gas, difícilmente el gobierno subsidie a las cooperativas las pérdidas por la devaluación.

Horton señaló que muchas de las cooperativas que se dedican al rubro industrial deben adquirir maquinaria y repuestos importados, cuyo costo aumentó en “un porcentaje imposible” de trasladar a precios, teniendo en cuenta que la devaluación ya es superior al 100% y que el consumo ha bajado.

De la misma forma, el gasoil es otro insumo “que se está volando”, dada la política de seguir el ritmo de los precios internacionales y las variaciones del tipo de cambio. Por otra parte, los incrementos de salarios y proveedores de servicios oscilaron entre el 40 y 70%.

Horton, que a su vez es titular de Cooperar 7 de Mayo -en la localidad santafesina de Villa Constitución-, indicó que este escenario inflacionario impacta de lleno en los balances y en los retiros de los cooperativistas. “Hace unos años podíamos dejar excedentes para la inversión y a la vez repartir entre los asociados. Hoy, sería imposible tomar esa misma decisión. Es una u otra”, concluyó.