A partir del miércoles, el Senado de la Nación se convertirá en una caja de resonancia que amplificará los cortocircuitos y las contradicciones entre el peronismo y la coalición oficialista Cambiemos. Por peso específico, características personales y por su propia trayectoria, Cristina Fernández se convertirá en una de las voces más escuchadas de la Cámara alta. La ex mandataria jurará como senadora por la minoría de la provincia de Buenos Aires en un breve acto, el miércoles a las 10:30. En la ceremonia, una sesión especial de características protocolares, se jurará por distrito: CFK, por lo tanto, compartirá la escena con Esteban Bullrich y Gladys González, senadores electos por Cambiemos. “Va a estar bueno el Senado con Cristina”, bromeó ante Tiempo un allegado de la ex mandataria parafraseando el eslogan de campaña del PRO en la elección porteña de 2007.

La intensidad que va cobrando la agenda de CFK tiene su correlato en la organización interna del kirchnerismo. En las últimas dos semanas, el Instituto Patria está viviendo una reconversión gradual de un escenario de debates a un búnker de actividad y ‘rosca’ política. Cristina encabeza algunas de las reuniones; en otras, el anfitrión es su hijo, el dirigente de La Cámpora y diputado Máximo Kirchner.

El feriado que pasó –el lunes 20, Día de la Soberanía- tuvo además un ingrediente novedoso: CFK realizó su primer viaje al interior del país fuera de El Calafate y Río Gallegos. Fue en Tucumán, donde realizó varias actividades públicas. Un dato que no pasó desapercibido fue que en la noche anterior al Encuentro Nacional de la Mujer, organizado por el peronismo tucumano, Cristina compartió una cena con el senador José Alperovich y su esposa, Beatriz Rojkés, titular del PJ en esa provincia. No suena muy verosímil que Alperovich haga esa invitación y que luego se sume a un intento por excluir a CFK del bloque que encabeza Miguel Angel Pichetto. Más bien lo contrario.

Quienes conversan con la ex presidenta aseguran que ella está muy confiada con su inserción en la bancada. Desde su entorno aclaran, incluso, que la ex mandataria de ninguna manera pretende poner en riesgo la unidad y el trabajo en conjunto –más allá de las diferencias internas, que las hay- del bloque del FpV-PJ. Cualquier alteración implicaría perder poder en la distribución de las comisiones.
El miércoles CFK estrenará formalmente su nuevo rol: el de senadora. Por la tarde, una multitud de trabajadores –convocada por la Corriente Federal, las dos CTA y Pablo Moyano de Camioneros- se manifestará contra la Reforma Laboral y Previsional. Cristina imagina para sí un rol de amplificador y puente entre la calle y el Palacio, en este caso, Legislativo.«