Mientras las reservas del Banco Central continúan descendiendo de manera acelerada, el macrismo y la actual conducción de la entidad se enrostraron mutuamente las razones que, argumentan, llevaron a descapitalizar el organismo y agravaron la situación cambiaria.

A la par de esa discusión canalizada por las redes sociales, este martes se informó que las reservas internacionales cayeron hasta U$S 40.838 millones, el nivel más bajo de los últimos tres años y medio. Los datos preliminares sugieren que los motivos no están en la venta de divisas para atender la demanda de importaciones (el Central salió ganando entre 10 y 20 millones de dólares en la primera ronda de la semana), sino porque continúa la salida de depósitos en moneda extranjera de los bancos. El último dato disponible indica que el miércoles 7 el sistema mantenía U$S 18.005 millones, unos U$S 1.704 millones menos que un mes antes.

El proceso genera incertidumbre y el presidente Alberto Fernández tocó el tema en la apertura del foro empresario de IDEA para desmentir un corralito o cualquier otra restricción que impida a los clientes acceder a sus dólares. “Estamos enfrentando un problema de falta de divisas que heredamos, por una desconfianza que se crea porque se repiten cosas que no son ciertas, desde los que plantean que se viene una devaluación o que nos vamos a quedar con los depósitos de la gente, algo que jamás haría”, aseguró el mandatario.

Herencia

Fernández ya había aludido a esa herencia en una entrevista publicada el fin de semana. “Nos encontramos con un BCRA lánguido, sin reservas, vacío, con pocos dólares de libre disponibilidad”, señaló en el portal El Cohete a la Luna. En particular, puso el foco en la acelerada salida de divisas en los últimos meses antes de su llegada al gobierno. Eso disparó los cruces entre Guido Sandleris, quien fue titular del Banco Central durante el macrismo, y Jorge Carrera, su actual vicepresidente 2º.

“Es cierto que la caída de reservas brutas entre las PASO y las elecciones generales fue cercana a U$S 23.000M, pero es falso que ese monto fuera usado para defender el tipo de cambio: cerca de U$S 8.000M fueron usados por el Tesoro para pagar deuda pública. La mayor parte fue para permitir que la gente retirara sus depósitos. Sólo se podría haber evitado buena parte de la caída de reservas si el BCRA impedía esto”, expresó Sandleris. El economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella aprovechó para trazar un paralelismo con 2015, último año de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner: “En ese período el BCRA vendió U$S 8.605 millones, 60% más que en 2019. Y además vendió varios miles de millones de dólares en futuros, mientras que nosotros entregamos una posición sin ventas en este mercado”.

Carrera salió al cruce de esos números y se basó en la concepción bajo la cual el macrismo infló las reservas, a su juicio de manera artificial. “En el gobierno de Macri, el Central buscó acumular reservas a cualquier costo y la manera más visible fue endeudar al Tesoro Nacional, para lo cual hizo una capitulación sin condiciones ante los fondos buitres. Las consecuencias de esta estrategia las estamos sufriendo y las pagaremos los argentinos por muchos años”, manifestó entre otras críticas.

También le reprochó que lo hizo “liberando las restricciones a los flujos especulativos de corto plazo, algo que ni el FMI aconseja, y fomentando el carry trade con las Lebac. Por cada 1.000 millones de dólares que trajera un fondo de inversión en enero de 2016 para colocar en Lebac, se llevaría 1.400 millones en abril de 2018. Fue el alquiler de reservas más caro de la historia. ¿Y qué pasó con ellas? Se fueron por distintos canales. O sea, nos quedó toda la deuda y casi nada de las reservas”, sostuvo Carrera.