El pasado mes de mayo, Telefe fue el canal más visto de la TV argentina. Eso no sería una gran novedad: hace ni más ni menos que 29 meses que es el líder y relega a El Trece al segundo lugar. Pero esta vez se acercó a casi duplicar su rating y le propinó la diferencia más grande desde 2014: 7,8 contra 5,4 Lo más llamativo del caso es que logró esa supremacía a través de una estrategia, siempre presente en el canal de las pelotas, que ahora se profundizó: apostar a contenidos comprados a canales o productoras extranjeras, habitualmente llamados “latas”, por el modo en que se distribuían en la era analógica. En este caso, las grandes ganadoras fueron Jesús, Y tu quién eres, Huérfanas y Alas rotas.

De hecho, el lunes 1 de junio, cuatro de los cinco programas más vistos del día fueron producciones extranjeras, todas de Telefe (mientras el 5º puesto fue para… el noticiero de la noche de la misma señal). En un artículo que no ha sido derogado pero que nadie parece demasiado preocupado en hacer cumplir (ni siquiera los perjudicados por el incumplimiento) la vilipendiada Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual establece una cuota del 60% de producción local –incluso prevé cuotas regionales– si no se cumple la cuota nacional, mucho menos la regional.

Históricamente los canales “privados”, creados con posterioridad a Canal 7, mantuvieron cada uno una relación de sociedad con una cadena estadounidense (Canal 11 con la ABC, Canal 13 con la CBS, Canal 9 con la NBC). Ese es el motivo por el que en la memoria de muchos de los argentinos están las series de ese origen filmadas en los ’60 y los ’70, aunque también alguna de los ’80, tales como Hechizada, La Familia Ingalls, Bonanza y El Superagente 86, entre muchas otras.

Esa tendencia comenzó a trasladarse hacia producciones de países de la región a partir de la década del ’80, con telenovelas mexicanas, colombianas y brasileñas, y en los 2000 comenzó la compra (o copia) de formatos de no ficción: casi todos los realities, muchos de ellos conducidos por Marley y Guido Kazka y, en otros tiempos, por Julián Weich. Justamente, lo más redituable es vender el formato, o la idea, y que la misma se rehaga con otros protagonistas en otro país.

Un caso paradigmático en eso es la brasileña Globo, que produce telenovelas que se venden a más de 100 países y que ya están pagadas al momento de su estreno. De ese modo, la capitalización internacional de la producción financia la realización, asegura su sustentabilidad (más allá de la audiencia) y permite la continuidad financiera de la productora. Ese modelo puede generar un éxito extraordinario, como Avenida Brasil o El Clon, por mencionar dos casos muy conocidos, o productos menos célebres pero igualmente redituables.

En términos de facturación, para los canales argentinos es mucho más sencillo comprar una producción que llega con pergaminos de éxito en otros países latinoamericanos antes que embarcarse en una ficción local de resultado incierto, salvo que esa misma producción permita ser vendida al exterior. Ya en 2000 Hugo Di Guglielmo (durante varios años director de programación de El Trece) advertía que el mercado publicitario argentino no soportaba el costo de producción de una ficción de alta envergadura y que era necesario el sostén del mercado externo para ello. Las recientes producciones de El Marginal y Un gallo para Esculapio que combinaron la pantalla local de aire y el financiamiento de plataformas o señales extranjeras van en ese sentido.

Varias veces se ha señalado que la TV abierta está experimentando un crecimiento de audiencia a partir de la coyuntura de aislamiento preventivo y obligatorio y una previsible necesidad de entretenimiento en el hogar. Sin embargo, esta coyuntura no parece estar siendo aprovechada por completo.

¿Cuál es la oferta que estamos viendo en nuestra TV? Básicamente, más de lo mismo. Las mencionadas latas extranjeras absorben lo que la producción local no ofrece. Los programas de espectáculos se reconvierten en programas de interés general (donde interés general se traduce en cualquier cosa sobre el Coronavirus con especial dotación de fruta surtida y más o menos chequeada); muchos programas de entretenimientos se reconvierten en periodísticos (El show del problema, Mejor de noche) y otros que se han creado a esos fines. Todos los canales aducen una caída muy fuerte de la pauta publicitaria, pero nada hacen para atraerla: “la locura consiste en hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes”, decía Einstein.

Muchas de las grandes novedades y/o movimientos artísticos surgieron en momentos de crisis. Es de esperar que en este contexto tan particular se comiencen a generar estrategias con el objetivo de darles la oportunidad a más actores y creadores locales para que surjan proyectos que generen trabajo y nos devuelvan las ganas de mirar la tele.


Top cinco

1. Jesús (12.5)

2. Y tú quién eres / Bake off Argentina (10.5)

3 Alas rotas (10.3)

4. Telefe noticias (9.5)

5. Huérfanas (9.3)

* Fuente: Kantar Ibope. Promedio rating mayo, televisión argentina.