“Hay reuniones periódicas y conversaciones diarias con el Ministerio de Salud de la Provincia y con Nación. Siempre está abierta la posibilidad de cerrar alguna actividad, pero hay que dejar tiempo para evaluar una medida, porque la enfermedad tarda 5 o 6 días en empezar a manifestarse”, plantea Daniel Ferrante, viceministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires. “Decididamente, cada jurisdiccion tiene situaciones diferentes y por lo general estas decisiones plantean dilemas, porque no son unidimensionales”, añade en diálogo con Tiempo el responsable de la Subsecretaría de Planificación Sanitaria y Gestión en Red.

“Yo soy médico sanitarista, pero entiendo que lo que me importa a mí no es lo que le importa a todos. Hay que evaluar cómo incide en la economía de la familia, en el ánimo individual, en los distintos gobiernos vinculados. También hay que tener en cuenta cómo se interpreta una decisión de abrir y cerrar actividades rápidamente. Por eso creemos que esto debe ser algo conversacional. Hay muchas percepciones de las políticas públicas. Siempre está la posibilidad de incrementar las restricciones. Pero hay que moverse con cautela”, agrega.

-La curva de contagios en CABA pareciera haber bajado su pendiente.

–La curva no está en un momento claramente exponencial, pero al tener el R0 mayor que 1 no podemos relajar las medidas sanitarias en nada. El pico lo vamos a identificar cuando empecemos a bajar los casos. Y no hay que dejarse llevar por variaciones locales porque hay muchas variables que confluyen: que un laboratorio tarde más en hacer los testeos o que agilice alguna cuestión logística. Por ejemplo, el primer día que impacta el Detectar en algún barrio, genera un pequeño salto, o si aparece un caso en un geriátrico. Por eso hay que ir mirando el serrucho, pero no dejarse llevar por un solo día.

–¿Cómo se puede evaluar la eficiencia de la búsqueda activa de casos?

-Antes del Detectar, tardábamos entre 2 y 3 dias entre el inicio del síntoma y el hisopado. Ahora, al trabajar con las organizaciones barriales, con el gobierno nacional y también con los medios que difundieron al respecto, logramos bajar ese tiempo de detección en un día. Y esa diferencia es muy importante, porque es el momento en que una persona, desarrollando su vida cotidiana, puede seguir contagiando sin querer. Entonces tuvimos un efecto paradójico: los números empeoraron rápidamente, pero al detectarlo antes pudimos cortar la cadena.