Si el director David Frankel (el mismo de El diablo viste a la moda y Marley y yo, entre otros títulos) acertó en algo de su nueva película, fue con el casting: Belleza inesperada narra la espiral de depresión en la que cae un ejecutivo de éxito tras una tragedia personal y el plan con el que pretende salir adelante. Una temática tan compleja sólo se resuelve con un reparto de lujo, encabezado por Will Smith, Edward Norton, Kate Winslet, entre otros, pero el acierto máximo de este estreno -que se puede ver a partir del próximo jueves en la cartelera local-, es sin dudas la inglesa Helen Mirren.

En los años sesenta, cuando acababa de ingresar en la Royal Shakespeare Company, después de su paso por el National Youth Theatre —trayectoria que la mayoría de los actores británicos más respetados sigue— muchos críticos ponían en duda su talento por su aspecto. Helen allí aprendió a tolerar y seguir adelante. «Cuando era joven, como mujer en el mundo en el que crecí, constantemente te menospreciaban y ninguneaban de una forma o de otra, y mis libertades estaban limitadas, restringidas. Toda mi vida es una aventura constante buscando ser auténtica conmigo misma», explica la actriz que despliega su talento en esta película con cuatro escenas en las que logra mucha profundidad, con líneas filosóficas sobre la vida y su finitud, el amor y lo relativo del tiempo.

Mirren, que logró el Oscar, el Globo de Oro y el BAFTA en 2006 por el film La reina, demuestra que en la simpleza está la belleza del buen interprete.

-¿Qué te hizo aceptar ser parte de esta película?

-Fue, definitivamente, una combinación entre el guión de Allan Loeb (Papá por Accidente, Wall Street 2) y que David Frankel sea el director. Cuando sabés que estás en buenas manos es una ventaja. Nos alentó a improvisar, pero es detallista y meticuloso. Fue perfecto. Esta es, además, una historia optimista: en la oscuridad, en los momentos más desafiantes, se puede encontrar la belleza de la vida. La verdadera belleza.

-Tu personaje, Brigitte, representa a la muerte ¿Cómo fue la personificación de un concepto tan abstracto?

-Recuerdo que haciendo de Antonio y Cleopatra con Michael Gambon, el director nos pidió que improvisáramos. Se me pidió que sea una hoja de lechuga y se le pidió a él que sea un plumero. Los actores entramos en este tipo de situaciones con bastante frecuencia. Es lo que hacemos. Nos involucramos en el mundo de la imaginación y tratamos de llevarlo al público.

-¿Qué te gustaría que experimentara el público cuando vea Belleza inesperada en el cine?

-Espero que estén emocionados y, sobre todo, entretenidos. También espero que la película les dé optimismo y una fortaleza para ayudarlos a través de los tiempos difíciles que les toquen. Porque a todos nos tocan, antes o después, pero hay que seguir. «

Transitar el peor duelo

En Belleza Inesperada Will Smith se mete en la piel de un exitoso ejecutivo de publicidad de Nueva York (Howard Inlet) que debe hacer frente a la muerte de su hija en un accidente evitable. Deprimido y retirado de la vida, el hombre comienza a escribir cartas dirigidas al amor, la muerte y el tiempo, tres conceptos fundamentales en la trama del largometraje encarnados por los personajes de Keira Knightley (amor), Helen Mirren (muerte) y el joven Jacob Latimore (tiempo). Sus socios y amigos (a cargo de Kate Winslet, Edward Norton, Naomie Harris y Michael Peña) logran pergeñar un plan para ayudarlo a afrontar el duelo, llevándolo hasta los límites y forzándolo a ver la realidad de maneras profundamente humanas.