Los empresarios aplauden a Mauricio Macri en Nueva York. A ellos, el presidente les muestra optimismo y les hace chistes. Sus logros en estos nueve meses, no se cansa de repetir, son la salida del default, la unificación del tipo de cambio y el foro de inversiones de la semana pasada. Con ese discurso, el mandatario estuvo hoy en la reunión anual de la fundación Clinton y en la Bolsa de Nueva York, en la que cerró el simposio “Investing in the new Argentina” organizado por el diario Financial Times. Ahí cosechó algunas señales concretas. Pero los hombres de las multinacionales, que dicen estar contentos con el cambio “porque ahora la economía es transparente”, no se lanzan a invertir masivamente como le habían prometido.

“’Vos ganás y te ponemos la guita’, le decíamos. Y ganó. No pensábamos que iba a pasar”, susurró un hombre de negocios a otro mientras Macri terminaba su discurso en Wall Street. Muchos de los empresarios este lunes presentes en el salón de la Bolsa de Nueva York eran caras familiares: sus credenciales decían HSBC, Pampa Energía, IRSA, J.P. Morgan. Otros venían de fondos de inversiones de Estados Unidos. A todos ellos el presidente les aseguró que el oficialismo va a ganar las elecciones legislativas de 2017, pero que igualmente no necesita la mayoría en el Congreso para seguir con las reformas que planea implementar.

Los empresarios esperan ver si los argentinos “continúan en la misma línea”, dijo Macri en diálogo con un grupo de periodistas después del cierre del simposio de Wall Street. “Hay gente que cree y hay gente que se toma su tiempo”, agregó sobre las demoras en las inversiones.

De la primera jornada, Macri se lleva al menos dos señales concretas: una de General Electric y otra de John Tuttle, el director de cotizaciones de la Bolsa de Nueva York, quien tiene una empresa de software con oficinas en Puerto Madero. El mandatario dijo que la compañía pasará de 130 personas a 400, porque Tuttle “cree que el talento para desarrollar software y aplicaciones en Argentina es único y que volver a regularizar la situación económica es algo que no va a pasar”. “Que no va a parar”, se corrigió.

El mal momento que pasó Macri con Putin

Macri se sintió cómodo en Wall Street y en la reunión anual de la Fundación Clinton, que se realizó en el hotel Sheraton de Nueva York. Allí compartió un panel con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y con el expresidente estadounidense Bill Clinton. Sin sutilezas, Renzi invitó a Clinton a Italia “como primer caballero”, algo que puede suceder si Hillary gana las elecciones el próximo 8 de noviembre. El mandatario argentino no quiso quedarse atrás. “En Argentina también lo esperamos”, dijo, con un apoyo menos explícito a la candidata demócrata.

Si Macri se siente seguro en el mundo de los negocios, la sede de las Naciones Unidas aparece todavía como un territorio desconocido para él. El presidente tenía que hablar en un encuentro sobre refugiados y el programa original lo mostraba como segundo orador de la mañana. Luego su presencia se postergó para las 15. Incluso la canciller argentina, Susana Malcorra, se acercó a esa hora a la sala indicada, pero se retiró inmediatamente. Finalmente fue ella la que lo reemplazó en el lugar, porque Macri visitó hoy el edificio del organismo solo para conocer el recinto en el que se llevará a cabo la asamblea. Una especie de ensayo general antes del debut de mañana.

Aunque los pronósticos no sean los mejores, Macri todavía espera que Malcorra sea la sucesora de Ban Ki-moon al frente de las Naciones Unidas. Lo dirá en su discurso, según dijo a la prensa. El presidente celebró que Argentina tenga su candidata, aunque confesó que no entiende el “muy complejo” mecanismo de elección del secretario general del organismo. “Tenemos que sentirnos muy orgullosos. Después si gana o pierde es una circunstancia”, consideró.

En la Asamblea General, Macri agradecerá el apoyo para la canciller, hablará sobre el reclamo por la soberanía sobre las islas Malvinas y se referirá al cambio climático. No hay confirmada, hasta el momento, una reunión bilateral con la primera ministra británica, Theresa May.