El peronismo de los gobernadores le otorgó una nueva victoria parlamentaria al oficialismo. El interbloque que conduce Pablo Kosiner hizo valer nuevamente su número, obligó a Cambiemos a dejar de lado temas puntuales pero le garantizó la aprobación de las tres leyes que reemplazan al Mega DNU de “desburocratización” del Estado. Los proyectos cosecharon 140 afirmativos y 87 negativos.

De madrugada, luego de 12 horas de sesión, el oficialismo protagonizó un escándalo cuando se retiró del recinto para dejar sin quorum la sesión y así evitar tratar el rechazo del Mega DNU. La actitud de Cambiemos desató cruces y gritos entre los legisladores.

Antes de que comience el debate el Frente para la Victoria intentó modificar el orden de la sesión para tratar en primer lugar la derogación del Mega DNU que, aun en vigencia, deroga 19 leyes y modifica 140. La maniobra fue obturada por el macrismo que en este caso también contó con el apoyo del bloque de los gobernadores. 

En lo discursivo toda la oposición cuestionó la metodología. Incluso el bloque de los Gobernadores reconoció en boca de Diego Bossio que los únicos beneficiados de estos proyectos “son los que más tienen”.  El resto del arco opositor desde el Frente de Izquierda de los Trabajadores hasta el Frente para la Victoria, pasando por el massismo, cuestionaron tanto el fondo como la forma y votaron el rechazo de la norma.

Fruto de la negociación con el interbloque Argentina Federal finalmente quedaron afuera de los proyectos de ley la modificación de la regulación sobre el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), la modificaciones de las leyes del consumidor, la abolición de los controles para la salida del país de las obras de arte y la posibilidad de embargar las cuentas sueldos.

A su turno, el presidente del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, tildó de “mamarracho” tanto al Mega DNU como al tratamiento parlamentario que se le dio a las normas que fueron debatidas en apenas 48 horas. La frase fue repetida por el santafesino casi 6 horas más tarde cuando Cambiemos huyo del recinto para no votar el rechazo del DNU.

Yendo a las formas Rossi advirtió: “Con las leyes estamos modificando algo que ya está modificado por ley. Si alguien tiene rigurosidad jurídica diría que estos es un galimatías. El escenario que se ha construido es algo que venimos a denunciar. Han encontrado un buen camino para gobernar por decreto. La convalidación de esto por la mayoría de la Cámara de Diputados hablita a que el Presidente vuelva a ser esto. Este mecanismo legitima las barbaridades jurídicas que está llevando a cabo el Presidente”.

En cuanto al fondo, el diputado santafesino aseguró: “Atrás de la palabra desburocratización lo que dice es relajar los controles. Ustedes no quieren un estado intervencionista pero cuando (Federico) Sturzenegger compra 100 millones de dólares esa parte se la olvida.”

En un sentido similar se expresó  el jefe de bloque de Diputados Evita, Leonardo Grosso, afirmó que “en la concepción de este gobierno, desburocratizar es sinónimo de ajuste para los sectores populares y facilidades para el capital concentrado” porque “para desburocratizar hay que echar trabajadores, hay que limitar los espacios estatales que planifican el trabajo de la economía popular, hay que limitar las facilidades que tienen nuestros abuelos para tramitar sus derechos en la ANSES”.

Asimismo consideró que este Gobierno le sigue “atando los brazos a los laburantes y deja volar tranquilamente a las grandes empresas”.

La diputada del FIT, Romina Del Pla, no sólo cuestionó el DNU y los tres proyectos de ley que lo reemplaza por “ser profundamente antiobrero”, sino que también cuestionó al bloque de los gobernadores por apoyarlo. “Esto quiere decir que van a hacer el mismo ajuste en las provincias”, concluyó.

El debate que se extendió hasta la madrugada comenzó con la intervención del miembro infórmate de Cambiemos, Daniel Lipovetzky (PRO), resumió que estos tres proyectos “simplifican y reducen las trabas burocráticas, vienen a cumplir con el proceso de modernización del Estado que es clave para dar respuesta a los requisitos de los ciudadanos”.

“Las iniciativas establecen avances en materia burocrática como la aplicación de firmas digitales y la gestión documental electrónica”, dijo el macrista, al tiempo que recordó que “las modificaciones sobre el Fondo Garantía de Sustentabilidad fueron eliminadas del proyecto, así como la regulación de bienes del Estado”.

Sobre otra de las cuestiones que se eliminó, el embargo de las cuentas sueldo, expresó: “Todavía nos debemos un debate sobre este tema porque tenemos que proteger el salario de los trabajadores, era más sana nuestra propuesta”.

Por su parte, el diputado Axel Kicillof (FpV-PJ) denunció que el gobierno “quiere convertir a Argentina sea un paraíso fiscal” y anticipó el rechazo a los tres proyectos.

“Este proyecto está impuesto y escrito por el sector privado, es un engendro legislativo, este decreto no es de necesidad ni de urgencia. Esto es sacar regulaciones, no es menos papeleo, es más facultades discrecionales al Ejecutivo, la idea es que el Estado siempre molesta al privado y no quieren que regule”, explicó el ex ministro de Economía.

En tanto, el diputado del FpV-PJ alertó que la embargabilidad de las cuentas sueldo sigue vigente hasta tanto se derogue el DNU: “Toda la preocupación es para cuidar a los bancos, no a los ciudadanos”, advirtió.

Marco Lavagna, de Federal Unidos por una Nueva Argentina, criticó “la celeridad del debate y la falta de necesidad y urgencia de los decretos del Poder Ejecutivo” que derivaron en su tratamiento legislativo.

“En algunos temas los proyectos son un avance, en otros no hay grandes cambios. Estamos poniendo parches y no avanzando en cuestiones de fondo”, dijo el massista.

La sesión transcurrió de manera habitual, hasta que en medio de las votaciones la massista Graciela Camaño advirtió sobre la maniobra que estaba por consumar el oficialismo, que quedó expuesta cuando, ya sobre el final, el presidente del interbloque, Mario Negri, pidió que se leyera por secretaría el pedido de informe a la Corte Suprema sobre las escuchas telefónicas entre la expresidenta Cristina Kirchner y Oscar Parrilli. 

Previamente se había alterado el orden del día para aprobar un proyecto de resolución referido a la liberación de represores. En ese contexto el oficialismo intentó hacer lo propio con ese texto, ante lo cual Agustín Rossi pidió tratar primero el DNU y luego el pedido de informe. “Si nosotros lo incorporamos sobre tablas, se antepone al proyecto del DNU -le aclaró Emilio Monzó-. Si lo incorporamos con los dos tercios sobre tablas, automáticamente tiene prelación sobre el otro tema”.

Previendo lo que iba a pasar, el jefe del bloque FpV-PJ le advirtió que «no quisieron votar el DNU como primer punto. Ahora estamos para tratar el DNU y después tratemos el pedido de informe”. Negri aclaró que lo suyo era una moción de orden, y terminó leyéndose finalmente el texto consensuado que pedía se votara.

En ese preciso instante Camaño advirtió: «Quisiera no estar frente a una maniobra, porque evidentemente cuando nos empezamos a enojar y pelear tanto por un tema, es porque nos queremos ir por el otro». En ese marco explicó:“Hasta que no se promulgue (la nueva ley), con el decreto se puede seguir tomando las cuentas sueldos. Se puede hacer todo lo que dijeron que no se puede hacer”, advirtió la jefa del bloque massista, que agregó que el presidente además podía promulgar parcialmente, o vetar lo que acababan de aprobar».

Camaño no demoró más y expuso lo que ya era evidente: El temor a que “se levanten los diputados del oficialismo, acá no haya quórum y no hagamos lo que constitucionalmente corresponde, que es rechazar o aceptar el DNU». Eso fue lo que finalmente ocurrió.