Washington, Estados Unidos

A la cabeza de la Cámara de Comercio Hispana de Estados Unidos, Javier Palomarez se opuso abiertamente a Donald Trump durante la campaña electoral, llamándolo incluso «payaso».

Pero en un giro dramático, el dinámico líder empresarial se convirtió en asesor del magnate republicano, que este viernes jurará como presidente de Estados Unidos. 

«Como una asociación que representa a 4,2 millones de negocios de hispanos, que contribuyeron con 668 mil millones de dólares a la economía estadounidense, nos queda muy claro que tenemos que estar dentro del juego», dijo en entrevista con la AFP.

«Debemos garantizar que los pequeños negocios tengan una voz y la única manera es asegurarnos de hablar con» el nuevo gobierno, añadió.

Esas conversaciones están centradas estos días en el espinoso asunto de la inmigración, quizás el más ruidoso de la campaña de Trump, quien acusó a mexicanos indocumentados de ser «narcotraficantes» y «violadores», prometió levantar un muro en la frontera y hacer a México pagarlo, y dijo que deportará a millones de inmigrantes clandestinos.

De 57 años y pulcra cabellera blanca, Palomarez mantiene firme su oposición al muro y a la deportación masiva de indocumentados, afirmando que la reforma migratoria es un «imperativo económico» para Estados Unidos.

Pero el líder desde hace siete años de la Cámara de Comercio Hispana (USHCC) reconoce que el «cambio en las circunstancias» -la victoria de Trump- lo empujó a su nuevo rol.

Contactado por el abogado Michael Cohen, miembro del equipo de Trump, desde la madrugada posterior a la elección el 8 de noviembre, Palomarez acordó «ofrecerles consejo y asesoría cuando se me requiera».

Tendrá un rol informal dentro de la Coalición Nacional para la Diversidad por Trump, que reúne a personalidades de distintas minorías étnicas y religiosas partidarias del nuevo mandatario republicano.

Originario del estado de Texas y el menor de diez hijos de una madre mexicana, Palomarez no es el único latino en la coalición, pero ciertamente el de mayor notoriedad: el excandidato presidencial y senador republicano John McCain, una respetada figura en Washington y defensor de una amplia reforma migratoria, y su colega Jeff Flake fueron invitados de honor de una recepción de la USHCC esta semana.

Pero hasta hace unos meses la USHCC estaba en la esquina de la candidata demócrata Hillary Clinton y Palomarez ensayaba una dura artillería contra Trump, acusando al magnate de «payaso» y de liderar un «movimiento de odio».

Por eso su acercamiento a Trump, con quien ya se había reunido en 2015, ha probado ser controversial entre algunos grupos de defensa de los hispanos, firmes partidarios de la reforma migratoria empujada por Barack Obama y bloqueada por los republicanos en el Congreso.

El presidente de la organización Latino Victory, Cristóbal Alex, acusó a Palomarez de «caer en la trampa» de estar al servicio del gobierno de Trump «en vez de cuidar por el bienestar de nuestra comunidad como un todo».

El gesto de Trump de invitar a líderes latinos a la mesa de discusiones es «de hecho solo simbólico», añadió en un comunicado.

Sorprendida, la revista Latina simplemente se preguntó, al reportar el anuncio, «¡¿Qué?!».

«Prestando atención»

El voto blanco, en estados clave, impulsó el salto de Trump a la Casa Blanca, luego de una campaña en la que el millonario neoyorquino supo explotar los miedos de sectores de la sociedad estadounidense a los efectos económicos y culturales de la globalización.

Pero a pesar de su retórica antiinmigrante, Trump obtuvo 28% del voto latino -según el instituto Pew, que recopiló datos de encuestas a boca de urna-, no muy lejos de los candidatos republicanos de 2008 y 2012.

La mayoría de los hispanos, la primera minoría del país con 55 millones de habitantes, disienten con Trump en inmigración: un 68% de los votantes latinos se opone a la construcción del muro y más de tres de cada cuatro abogan una vía a la legalización para los 11 millones de indocumentados, según el Pew.

Pero Palomarez afirma que sus conversaciones están dando fruto y confía en que el nuevo gobierno revisará algunos de sus postulados más radicales sobre el asunto migratorio.

«Pienso que están prestando atención, están yendo más lentamente y de manera más mesurada, y se están volviendo más moderados en su enfoque sobre este delicado tema», afirmó.

Y tras reunirse con el candidato de Trump para el Departamento del Tesoro, David Munchkin, Palomarez siente tener razones para estar «entusiasmado» por el futuro económico.

«Va a encontrar maneras de reducir las trabas regulatorias y asegurar que el flujo de capital vaya a las pequeñas empresas», auguró.