El Interbloque Argentina Federal, que quedó acéfalo luego de la borocoteada de Miguel Pichetto, atraviesa momentos de desconcierto. Mientras algunos proponen una dirección colegiada entre los tres vicepresidentes actuales (el formoseño José Mayans, el cordobés Carlos Caserio y el entrerriano Pedro Guastavino), más una senadora mujer, otros ven que una conducción unificada sería lo mejor para llegar al cambio de gobierno en diciembre.

Pichetto, por su parte, se volvió a pronunciar a favor de la reforma laboral y puso como ejemplo el convenio de los petroleros, que precarizó las condiciones de los trabajadores de Vaca Muerta. Con esa cruzada como trasfondo, el candidato a vicepresidente de Macri aspira a sumar a un potencial nuevo bloque al titular del sindicato petrolero, y senador nacional, Guillermo Pereyra, al salteño Juan Carlos Romero, y a otros dos senadores con poca asistencia en sus bancas: Carlos Menem y Carlos Reutemann. El ex corredor de carreras pertenece al bloque Santa Fe Federal, Pereyra al Movimiento Popular Neuquino, Romero al bloque Justicialista 8 de octubre, y Menem integra el Bloque Justicialista. El ex presidente no realiza demasiada tarea legislativa, pero sí se sienta en la banca a la hora de votar alguna ley clave. Resta saber qué hará Miriam Boyadjian.

Las reuniones cruzadas entre los miembros del Bloque Justicialista seguían este martes con algunas ausencias debido a que muchos no pudieron viajar desde sus provincias porque están trabajando en la conformación de listas que tendrán su cierre este sábado 22.

Tal como adelantó Tiempo, permanece descartada la posibilidad de amar un bloque unificado junto con el Frente para la Victoria, que conduce Marcelo Fuentes e integra Cristina Fernández. En el Bloque Justicialista sostienen que una decisión de ese tenor “podría propiciar que se vaya algún otro senador con Pichetto. Hay que evitar la dispersión”. “Primero hay que recuperar la confianza en el grupo, después del salto de Miguel se generó mucha desconfianza interna”, explicaron a Tiempo.

Volviendo al inicio, la opción de conducción colegiada entre los tres vicepresidentes de este bloque es la más probable hasta el momento. 

La segunda opción, que sería elegir a un solo conductor, genera desconfianza entre los integrantes ya que no hay acuerdo sobre quién podría ejercer ese rol.

Por lo pronto, los senadores volvieron a reafirmar su condición de oposición y evaluaron la posibilidad de “consolidar el espacio” con la reincorporación de los tucumanos José Alperovich y Beatriz Mirkin. Ambos habían pegado el portazo en noviembre pasado molestos con Pichetto por el acompañamiento al Presupuesto 2019. También pretenden a sumar a la puntana Eugenia Catalfamo, que responde al gobernador Alberto Rodríguez Saá, reelecto el domingo en su provincia.

Pichetto ya había intentado hacer votar la reforma laboral en el Senado pero quería el aval expreso de la CGT, que le pegó el faltazo a la reunión de las comisiones de Trabajo, Presupuesto y Hacienda en abril, por lo que su famosa muñeca para negociar había quedado quebrada. Ahora volverá a la carga a pedido del oficialismo, pero ya sin su pertenencia al bloque opositor mayoritario.