En el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires hay trabajadores que no están cómodos debido a las tareas que sus superiores los obligan a realizar. Pablo Storino es uno de ellos. Su denuncia refleja la lógica del gobierno macrista que, mediante el armado de ciertos operativos para elevar informes sobre los trabajadores de la educación, pretende ocultar el ajuste y el vaciamiento que sufre la educación pública.

“Estimados: necesito que se arme un equipo con 85 personas de las distintas áreas de DGPDYND (NdR: Dirección General de Personal Docente y No Docente) para actuar en operativos sorpresa en las escuelas, para que cada vez que la Ministro (de Educación) lo solicite, se efectúen sin inconvenientes. Atento a que somos la Dirección General de Personal, es necesario que prestemos la colaboración necesaria cada vez que el equipo de unidad de Ministro así lo manifieste”, explica el correo electrónico enviado por la oficina a cargo de Bettina Viviana Díaz dentro del Ministerio de Educación porteño. “En concreto, nos están ofrecido, en carácter imperativo, ir a las escuelas a botonear si los docentes van a trabajar o no, si llegan tarde, si se fuman un pucho o si se toman un mate cocido”, explica Storino a Tiempo.

El mail enviado por Bettina Viviana Díaz, directora de la DGPDYND, también pide que se tenga en cuenta que “de ser llamados para auditar, cumplirán con el mandato sin necesidad de reintegrarse a su oficina a cumplimentar el horario laboral”. El denunciante consideró que «a cambio de esta maldad, se nos ofrece faltar al trabajo ese día y, por supuesto, la simpatía de nuestros superiores con promesas de eventual prosperidad, ya que más del 70% de los empleados estamos precarizados».

Luego del primer correo hubo un segundo. Allí se contó que el pedido se hizo extensivo a todo el sector de recursos humanos en lo que es “una campaña vil de trabajadores contra trabajadores”, define Storino. “Al día de hoy muchos de ustedes no enviaron la lista de personal solicitado. ¿Fue omisión u olvido? Ruego hacerlo hoy y aunque sé que la mayoría puede considerar que no es de su agrado o que no corresponde, quiero que sepan que por ser la DG de Personal, todos tenemos la facultad para efectuar cualquier tarea de RR HH que nos encomiende la Sra. Ministro, su Gabinete o nuestro Subsecretario”. Es copia fiel.

“La persecución política no empezó ahora, pero actualmente tiene más fuerza porque están en Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires. Tienen más impunidad”, dice Storino en referencia a la gestión del macrismo, que cuenta en su haber con varios antecedentes de persecución a trabajadores de la educación. El joven empleado del Ministerio de Educación reconoce que algunos trabajadores optaron por seguir la orden y no los juzga: “Se confunde todo; hay mucho miedo a perder el trabajo. Yo dije que no lo iba a hacer, me peleé y todo. Pero me dicen que mi actitud no suma y que me quieren dar el pase a otro lado. Me dicen que si consigo lugar en otro ministerio, que me vaya, pero que me tengo que encargar yo. De lo contrario, tengo que aguantarme los maltratos y pelearme infinitamente».

Quien tampoco se asombró ante el accionar en el Ministerio fue el secretario general de UTE, Eduardo López: “No me sorprende para nada este caso ya que en el Gobierno de la Ciudad hay una direccionalidad en contra de uno de los gremios más combativos, que es ATE”. Y enumeró que “a estos compañeros ya se les prohibieron asambleas desde la gestión de Mauricio Macri, no les reconocen a los delegados y no se los convoca a la negociación paritaria a nivel municipal”. López agregó que esto constituye una “muy grave e indudable decisión política de persecución que busca disolver a los gremios que luchan” y consideró que es “una práctica típica de cierta visión empresarial para la división de los trabajadores y promover el miedo entre ellos”. «

Antecedente

En 2012 el gobierno porteño impulsó una línea telefónica para denunciar «intromisión política en los colegios».