Los trabajadores de la TV Pública denuncian censura, persecución ideológica y sindical, contrataciones directas sin concurso de “periodistas amigos” con sueldos superiores a los 100 mil pesos, y violaciones constantes a los convenios laborales. El ajuste que viene sufriendo el canal se profundizó con un ofrecimiento de cero por ciento en las paritarias y la reducción de coberturas.

Tiempo dialogó con Agustín Lecchi, delegado del Sindicato de Prensa de Bueno Aires (Sipreba) en el canal público, por las medidas de fuerza que realizan durante el jueves, que son paros sorpresivos por turnos de dos horas hasta obtener una respuesta de las autoridades. Lecchi explica que hay tres motivos principales, el ajuste salarial, el vaciamiento y la persecución.

Respecto del primer punto, relata que la paritaria se venció en septiembre de 2017 y la propuesta de la empresa fue paritaria cero, a lo que hay que agregar “la reducción salarial mediante la quita de horas extra que estaban vigentes hasta diciembre además que no liquidan algunos artículos del convenio colectivo de prensa televisada, lo que hace que a algunos trabajadores les han reducido el salario a la mitad, medida que en medio del tarifazo y la devaluación se vuelve más crítica aun”.

En segundo lugar, el delegado y miembro del Sipreba explica que el vaciamiento va de la mano de la censura y pone como ejemplo que no cubren hechos de gran relevancia nacional: “Por ejemplo, no cubrimos la sesión de Diputados de ayer (miércoles) cuando se dio media sanción al tema de la reforma tarifaria. Ni en la puerta estuvimos. Son decisiones ligadas a la reducción del presupuesto, lo que por supuesto implica un posicionamiento en términos informativos”.

Mientras continúa la conversación, Lecchi llega a lo que desde el sindicato no dudan en llamar persecución gremial, que, según cuenta, se hace evidente, por ejemplo “en el sector de noticias, que está siendo muy castigado por la gestión. Hace un mes congelaron a todos los periodistas de la web, por lo que hicimos un paro y logramos una reunión con la empresa que de palabra revirtieron la decisión, pero luego incumplieron el acuerdo. Esto es porque los periodistas participaron de las medidas de fuerza. Además de dejar sin tarea a esos compañeros, pusieron otros con contratos flexibilizados”.

Hay un dato que el delegado del canal considera relevante, y relacionado con la cobertura del Mundial y con los dichos públicos del ministro Lombardi, quien había expresado que por la televisación se va a pagar seis veces menos de lo que se pagó en 2014. Al respecto, Lecchi cuenta que esos datos ya fueron refutados en la prensa escrita, y detalla: “En primer lugar la comparación está falseada porque ese año cubrimos todos los partidos y este año no vamos a cubrir la mitad, entre ellos, algunos de cuartos y octavos de final. Y además la TV Pública le paga a Torneos 8 millones y 2 millones más en concepto de producción, es decir que que los paga íntegramente el Estado. Y a esto hay que sumarle que los primeros 5 millones de facturación por publicidad va íntegro a Torneos, o sea que la TV Pública no recibe nada de todo eso».

“Y el negocio continúa ya que es la empresa privada la que decide quiénes de nuestros periodistas van a viajar, hay que aclarar que lo harán flexibilizados, es decir, fuera de convenio, también deciden cómo se hace la cobertura. Todas las decisiones artísticas las toman ellos”, concluyó Lecchi.

El recrudecimiento de este cuadro de crisis se da en el marco de una profundización de la política oficial respecto de los medios de comunicación, como el nombramiento de la ex diputada Silvana Giudici al frente del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) o no haber permitido preguntas a ciertos periodistas, como la corresponsal mexicana Cecilia González, en la conferencia de Marcos Peña del miércoles.

Para finalizar, respecto del panorama que enfrentan a futuro, el representante de los trabajadores de la TV Pública admite que resulta “muy incierto”, porque no hay diálogo por parte de la empresa a la vez que se profundizan las medidas de ajuste, de censura y persecución. “Al mismo tiempo estamos enteros y unidos, porque también tenemos el apoyo de muchísimos sectores de la sociedad. Y la situación queda más a la luz porque cada vez que el ministro Lombardi sale a hablar públicamente queda mal parado porque siempre alguien le rebate las mentiras y la difamación”.