“¿Por qué insisten en buscar trabajo en el Estado si hay ofertas en el sector privado?”, preguntaron en tono inquisitorio los funcionarios de Lanús. Lo dijeron como una sugerencia y lo mencionaron en simultáneo con una decisión coherente con esa recomendación: echar a 10 trabajadores que desempeñaban tareas bajo la órbita de la Dirección de Niñez, repartidos en dos programas para chicos y adolescentes en el partido gobernado por Néstor Grindetti desde el 10 de diciembre pasado. Los laburantes no sólo denuncian los despidos sino que sostienen que el municipio de la zona sur vulnera los derechos de los más de 105 jóvenes inscriptos en los programas.

A principio de mes, a los trabajadores les anunciaron que no les renovarán los precarios contratos –heredados, en parte, de la gestión anterior- que terminarán el 30 de septiembre próximo. “No nos dieron una argumentación técnica, sino que dijeron que hay sobregasto y que deben implementar un achicamiento”, cuentan algunos de los integrantes de Acompañarte –se realiza desde 2009- y Espacio Cultural Callejero –arrancó hace dos años-, los proyectos que quedarán desmantelados en algo más de 30 días. “Este ataque a los derechos de niños, niñas y adolescentes comenzó desde el inicio de la intendencia de Grindetti con el vaciamiento de recursos y la precarización de las condiciones laborales y de contratación de los integrantes de sus equipos técnicos”, denuncia, en un comunicado, la Asamblea de Trabajadores precarizados del municipio. “Los contratos están precarizados por donde los mires, porque se renuevan semestralmente y ahora, desde la llegada del Pro, en forma trimestral”, cuentan los laburantes que, a su vez, nunca percibieron aguinaldos, vacaciones y el resto de los beneficios que corresponden por ley.

El desarme de estos programas, en los hechos, empezó con la designación de Sonia López en la Dirección de Niñez de Lanús. Entre su desembarco y el anuncio de los despedidos, sólo hubo un encuentro con los profesionales a cargos de los proyectos. La única consulta fue por las tareas realizadas. No pidieron una evaluación ni plantearon problemas a resolver. “Nunca nos llamaron para cuestionar nada”, agregan sobre la relación desde que Grindetti, el ex ministro de Hacienda de la Ciudad, asumió la intendencia. 

“Nuestra intención siempre fue revertir la situación con el diálogo y explicando el impacto negativo de la decisión que toman. Nos prometieron una respuesta pero no existió y avanzamos en la denuncia. En la medida que no se revierta, vamos a agudizar las medidas”, advierten los trabajadores que, además, absorben las preocupaciones de los chicos y sus familias por el cierre de los programas. Algunas mamás, incluso, ya piensan en movilizarse para protestar contra los despidos. Por ahora, reclaman una reunión con Grindetti para explicar la situación y recolectan firmas tanto en el barrio como online para defender sus puestos de trabajos y los derechos de los más de 100 chicos de entre 4 y 18 años que se quedarían sin un proyecto que los contenga.