Dos semanas después del aniversario de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, presos de la Unidad 12 de Gorina, del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), repudiaron los privilegios y beneficios del ex cabo de la Bonaerense Alejandro Gabriel Acosta, condenado a prisión perpetua por las muertes de los dos militantes sociales, cometidas el 26 de junio de 2002 en el marco de un protocolo antiprotestas sociales que había implementado el gobierno de Eduardo Duhalde.
Una fuente del SPB explicó a Tiempo que “Acosta y el director del penal, Juan Carlos Maccio, realizan negocios oscuros con la huerta y la chanchería que funcionan en Gorina. El 25% de los productos y la cría de los porcinos se venden en el comercio legal y todo el resto en el mercado negro”. A su vez, los detenidos dicen que se hacen fiestas a las que acceden altos funcionarios penitenciarios y presos que trabajan para ellos, como Acosta.
Por otra parte, dentro del penal se cerraron talleres de carpintería, refrigeración y hasta una biblioteca popular. Allí funcionaba el centro cultural “Profesor Juan Miguel Scatolini” (un ex preso político del centro clandestino de detención Unidad Nº 9 de La Plata, donde compartió celda con Jorge Taiana). Lo hicieron para crear un gimnasio donde practican artes marciales y dormitorios para que los penitenciarios en horario de trabajo duerman siesta y pernocten toda la noche.
Acosta tiene su dormitorio en la unidad sanitaria del penal. Desde allí puede llegar a todos los rincones de la cárcel sin ninguna limitación. También trabaja en las oficinas de Vigilancia y Tratamiento y eso le permite acceder al legajo de cada detenido. Es habitual verlo utilizar una computadora del SPB. Además, dicen los reclusos, el director Maccio le entregó un celular. Una de las tareas de Acosta en el penal es administrar la calificación y sanciones de los demás detenidos, evaluación fundamental en la solicitud de beneficios como la libertad condicional.
Acosta y el ex comisario Alfredo Fanchiotti fueron condenados por los asesinatos de Kosteki y Santillán. “Sobrepasaron la línea policial colocándose delante de la misma y dispararon sus escopetas con la finalidad de dar muerte a los manifestantes, que corrían dándoles las espaldas”, explicó, en 2006, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de Lomas de Zamora. Fanchiotti cumple su pena en la Unidad 11, de Baradero. «