“De milagro no fue una tragedia”, dice Felipe Fiscina, ex alumno de la escuela Casto Munita Nº 1 Distrito Escolar 10 y padre de Ernesto, que va a tercer grado de ese mismo colegio. El viernes por la mañana, en pleno feriado, se derrumbó el techo y parte de la pared del aula de séptimo grado de la institución, ubicada en el primer piso. Afortunadamente, ningún chico estaba presente en ese momento, por lo que los daños fueron materiales, pero la caída volvió a poner en primera plana los problemas edilicios de muchas escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires. «En esa aula todos los días van al colegio 30 de los 700 alumnos que tiene la escuela. Para darse cuenta de la magnitud de lo que pasó hay que pensar qué hubiera pasado si sucedía en un día normal de clases», explicó Fiscina. 

El colegio, ubicado en Cuba 2039, está en pleno corazón del barrio porteño de Belgrano, a metros de la plaza Manuel Belgrano, de la Parroquia Inmaculada Concepción –la famosa iglesia redonda que está pegada a Cabildo y Juramento – y del Museo Larreta, propiedad de la familia del actual Jefe de Gobierno, quien desoyó los reclamos de los familiares por los problemas edilicios del colegio.

La empresa que está a cargo del mantenimiento del colegio está terciarizada y se llama Mantenimiento Hospitalario S.A, compañía que ya había recibido críticas de los familiares de los alumnos por la lentitud a la hora de realizar sus tareas. Este lunes por la mañana, cuando las autoridades llegaron al colegio y se enteraron del accidente que pudo ser tragedia, continuaron las clases porque la Supervisión Escolar del Distrito aún no había aparecido por el colegio para determinar los daños. Horas más tarde, un empleado de la empresa de mantenimiento se acercó al lugar de los hechos, pero no realizó ningún arreglo. “Vino, dijo que era de la empresa, pero que respondía a otra, por lo que no hizo nada. Pasó a ver y recién mañana van a suspender las clases hasta el jueves”, afirmó Fiscina.

Desde el colegio afirman que tienen prohibido realizar obras de mantenimiento sin pasar antes por la órbita de la empresa privada tercerizada que se encarga de esas tareas. “Ver la imagen del techo arriba de los bancos me estremeció: enfrente de esa aula está la que va mi hijo y por todos esos lugares pasé yo cuando me egresé en 1997. Deberían cuidar la salud de nuestros hijos y protegerlos, acá tenemos que estar agradecidos de que no pasó nada”, agregó Fiscina, quien organizó, junto con otros padres, una reunión para mañana martes a las 8 de la mañana en la puerta del colegio para exigir respuestas y soluciones ante la desidia de la empresa de mantenimiento y la falta de respuestas del Gobierno de la Ciudad. “Vamos a labrar un acta, para accionar para que lo arreglen”.