Un día después de que se concretara la intervención judicial del partido, el PJ reaccionó con iniciativa política acompañando al titular depuesto por la orden judicial de María Servini de Cubría, el diputado y ex gobernador de San Juan José Luis Gioja.

Secundado por dirigentes que expresaban matices y posturas diversas, con un respaldo visible del peronismo bonaerense, Gioja fue el encargado de anunciar las tres decisiones más importantes. Se trata –o eso se pretende- del inicio de una respuesta firme y colectiva.  Las medidas que adoptó el PJ son, a saber: se apeló la medida cautelar que designó a Luis Barrionuevo como interventor partidario, con la expectativa de que la Cámara Nacional Electoral revise el fallo de Servini en un plazo breve; se convocó para el 18 de mayo al congreso partidario –el órgano deliberativo soberano, que en el caso de sesionar con quórum puede desconocer a la intervención y reponer a las autoridades legítimas-; y se acordó desconocer a Barrionuevo y seguir funcionando, aunque transitoriamente no se disponga de la sede de Matheu 130, ocupada desde este miércoles por el barrionuevismo.

La contraofensiva de los miembros del consejo nacional del PJ desplazado por Servini comenzó en unas oficinas de la calle Bolívar al 400, en San Telmo. Prestadas por el ex intendente de Florencio Varela y hoy diputado bonaerense Julio Pereyra, las instalaciones correspondían a la Fundación Internacional para el Desarrollo Local (Findel). Pasadas las 14, hasta allí se acercaron el propio Gioja y un grupo numeroso de dirigentes, entre los que estaba el diputado Daniel Scioli, hasta el martes vicepresidente del PJ. Otra presencia significativa fue la del gobernador de San Luis Alberto Rodríguez Saá. El puntano aspira a competir por la candidatura presidencial en una eventual gran PASO del peronismo.

Aunque no se vio a otros gobernadores, Gioja sí contó con el respaldo de intendentes, legisladores y gremialistas. Allí estuvieron la intendenta de La Matanza, Verónica Magario; su par de Merlo y titular del PJ bonaerense, Gustavo “Tano” Menéndez; los dirigentes sindicales Pablo Moyano (Camioneros), Francisco “Barba” Gutiérrez (UOM Quilmes), Antonio Caló (UOM) y Omar Plaini (canillitas); los diputados Agustín Rossi, Gabriela Estévez, Guillermo Carmona, Fernando Espinoza, Luis Basterra y Darío Martínez; la dirigente tucumana Beatriz Rojkés de Alperovich; el diputado del Parlasur y titular del PJ porteño Víctor Santa María; el también legislador del Mercosur Eduardo Valdés; el intendente de General Roca y hombre fuerte del PJ rionegrino, Martín Soria.

En la lista de presencias había una cuota importante de hombres de la provincia de Buenos Aires: eran los jefes comunales Leo Nardini (Malvinas Argentinas), Ariel Sujarchuk (Escobar), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Fernando Gray (Esteban Echeverría) más el legislador del Parlasur Gabriel Mariotto y el ex titular de la Cámara de Diputados Julián Domínguez. Además, la convocatoria de Gioja a las oficinas de Pereyra contó con la asistencia de los titulares del PJ provincial de Jujuy, Rubén Rivarola, y de Santa Fe, Ricardo Olivera.
Entre los oradores se constató que la intervención del partido desencadenó un malestar generalizado, sin excepciones. Se escucharon intervenciones llenas de fervor, que además llamaban a aprovechar el conflicto abierto por Servini para dar el debate sobre qué rasgos debe asumir “el peronismo del siglo XXI”, si fuertemente opositor y antineoliberal o con una moderación que, por el contrario, priorice la gobernabilidad.

En el último discurso, con el que cerró este primer encuentro, Gioja mencionó algunas propuestas que había escuchado durante la reunión: como la idea de que algunas personalidades y algunos espacios colectivos se presenten ante el juzgado de Servini bajo el formato de amicus curiae con el objetivo de anular la intervención.

La crisis, una oportunidad

Gioja terminó con una arenga a aprovechar la oportunidad que significa el desembarco de Barrionuevo para lanzar una contraofensiva. “De las crisis siempre salen oportunidades. Nosotros vamos a seguir funcionando como si no pasara nada. Estamos reivindicando la democracia interna”, exhortó ante los demás miembros del consejo partidario. Luego, en diálogo con Tiempo, Gioja no anduvo con demasiadas vueltas para describir la situación. “Mire, acá lo que pasa es que Macri ha puesto al interventor”, subrayó.

Más tarde, en relación a la posibilidad de que la Cámara Electoral revea la decisión de la jueza Servini, Gioja señaló que depositaba sus expectativas “en la racionalidad”. “Yo tengo racionalidad. Vamos a seguir trabajando y nos reuniremos acá (por la fundación Findel, de San Telmo) o donde sea”, adelantó. Por último, Tiempo le preguntó al sanjuanino si consideraba que el vínculo matrimonial de Barrionuevo con Graciela Camaño podía entenderse como una prueba de que Sergio Massa estaba interesado en la intervención. “No quiero emitir ninguna opinión. Quiero trabajar por la unidad, y si trabajo por la unidad tengo que ser prudente”, se limitó a contestar.

Una vez que concluyó la reunión en San Telmo, varios miembros del consejo nacional del PJ se dirigieron a la calle Matheu al 100. Allí, con un vallado y presencia policial que impedía el acceso a la sede partidaria, se había concentrado un grupo ruidoso de manifestantes. Había banderas de la Túpac Amaru, de Octubres, del MUP, Descamisados, de la UOM y la Unión Ferroviaria. También de la Agrupación Grande Merlo, que responde a Menéndez, intendente del municipio y titular del PJ bonaerense. De hecho, Menéndez fue uno de los oradores del acto improvisado que se realizó, pasadas las 16:30, en la intersección de Matheu e Hipólito Yrigoyen.

“Ustedes saben que el peronismo ha sido intervenido otras veces por gobiernos militares. En 24 horas, sin ningún tipo de medida preventiva o intimación, frente al consejo nacional del PJ que venía funcionando normalmente y que ya tenía programado un congreso, nos intervinieron el partido. Es un verdadero tiro en el corazón del sistema democrático”, denunció Menéndez. Secretaria de la mujer en el PJ nacional –aunque sin funciones en el cargo mientras la intervención esté vigente-, Magario recordó que el peronismo había nacido “para proteger, para cuidar y para defender los derechos de los trabajadores, de los que menos tienen y del pueblo argentino”.

Tanto Menéndez como Magario y hasta el propio Gioja hablaron a la multitud parados sobre un parlante de un metro de altura que se había montado en medio de la esquina. No había escenario. A treinta metros de allí estaba la sede de Matheu 130, que desde el mediodía estaba en manos de Barrionuevo. Gioja terminó la jornada con un llamado al triunfo peronista el año próximo. “¡Vamos por el triunfo popular en el ’19! Y que el próximo presidente sea uno nuestro, para bien de todo el pueblo argentino”, exhortó.