«Hay cosas buenas que hacemos, pero no quiere decir que las estamos haciendo bien ni estemos haciendo lo suficiente.» El discurso de Nicolás Maduro en la Asamblea Constituyente de Venezuela ante la que juró como presidente reelecto estuvo plagado de señales que marcan un proceso de cambios que podrían comenzar esta misma semana, y que van desde reemplazos críticos en el Gabinete a la implementación de medidas para resolver los acuciantes temas económicos, según pudo saber Tiempo de altas fuentes que pidieron reserva de su identidad. «Hace falta una profunda rectificación. Hay que hacer las cosas de nuevo y mejor. No podemos tener excusas para atender los problemas del pueblo», dijo Maduro el jueves ante el organismo que preside la excanciller, Delcy Rodríguez. 

Las palabras parecieran contrastar con la victoria del chavista en las elecciones del domingo pasado: 67% de los votantes lo eligieron, con una participación electoral del 46%, en un país donde el voto es optativo y en un contexto en que la oposición mayoritaria se autoproscribió y llamó a la abstención. Ganada la batalla política, el gobierno de Venezuela debe enfrentar su hasta ahora mayor desafío, el de resolver los problemas de la economía, tal como se decía en estas páginas la semana anterior. 

Pero la mayor presión para hacerlo efectivo no vino desde los sectores que quieren a Maduro fuera del gobierno, sino desde el riñón del chavismo. Según confirmaron a Tiempo distintas fuentes muy ligadas al gobierno bolivariano, existe un núcleo que intimó al presidente a ejercer un golpe de timón drástico en la política económica, a la que considera «fracasada». La caída de producción petrolera y el default de PDVSA, la cuestión inflacionaria, la crisis cambiaria y el desabastecimiento son temas a resolver con medidas concretas y urgentes, que para este grupo, deben llevarse a cabo cambiando al equipo económico y abriendo el juego a otros sectores, incluso no necesariamente ligados al chavismo. «No descartemos que venga un ministro de Economía de fuera de nuestro espacio», sugirió una fuente. 

Aún no trascendió ningún nombre como posible candidato a suceder al actual, el ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa. Pero se sabe que el proceso incluye rondas de consultas a economistas y organizaciones que puedan aportar al menos las ideas centrales de una política eficaz. Como parte de esto, los próximos días viajaría una comitiva de exfuncionarios argentinos de Economía, sobre todo vinculados al proceso de reestructuración de la deuda del gobierno de Néstor Kirchner, para aportar a los venezolanos en esa área.

Dentro de los cambios de gestión se incluye el llamado al diálogo al sector empresarial, para involucrarlo en las soluciones. Maduro anunció el viernes ante embajadores de la Unión Europea la próxima convocatoria de una reunión con empresas europeas con filiales en Venezuela. «Quiero recibir uno por uno a los presidentes y directivos», dijo. Esa misma noche tuvo un encuentro clave en Caracas con el republicano Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE UU. «La República Bolivariana de Venezuela recibirá a quien desee dialogar», dijo Maduro.

Algunos de estos gestos marcan que el presidente «acusó recibo» de la demanda de ese sector crítico que estaría encabezado por la propia Delcy Rodríguez, su hermano Jorge y el embajador Roy Chaderton. Un núcleo que no sólo tiene poder de decisión sino que goza de la confianza del presidente. Jorge Rodríguez fue jefe de la última campaña y es fuente de consulta permanente de Maduro.

Dentro del esquema de diálogo se incluye la revisión de numerosas causas consideradas políticas, que ya comenzó con la liberación de 20 detenidos el viernes. Tiene que ver con uno de los seis puntos que presentó Maduro en sus «líneas de trabajo», que habla de la pacificación y reconciliación. En ese sentido hay expectativa con las prisiones emblemáticas de dirigentes acusados de promover la violencia y el asesinato, como Leopoldo López y Antonio Ledezma, actualmente prófugo. «

Cortocircuitos con Buenos Aires

El gobierno de Mauricio Macri llamó a consultas al agregado de negocios en Venezuela, Eduardo Porreti, quien estaría llegando estos días a Buenos Aires. El llamado va en sintonía con la posición de los países del Grupo de Lima, que rechazaron la reelección de Nicolás Maduro. La convocatoria no tiene demasiado impacto diplomático, ya que el encargado de negocios no tiene el peso de un embajador, pero es la única autoridad argentina en Venezuela desde que el macrismo asumió el poder. No termina de definirse si Porretti volverá o no al cargo. A su vez, esta semana podría ser convocado a la Cancillería el embajador venezolano en Buenos Aires, Carlos Martínez Mendoza, como ya se hizo con todos los diplomáticos bolivarianos instalados en cada uno de los países del Grupo. Según fuentes diplomáticas, este llamado se demoró porque el gobierno de Macri habría evaluado la posibilidad de expulsión, cosa que no se concretó después de una ronda de consultas que habría determinado que era más perjudicial que ventajoso. En su lugar, el diplomático podría ser convocado para entregarle el documento firmado por los países miembros, que critica las elecciones.