La alegría y la esperanza que trae la posibilidad de tener un hijo brillan en los ojos de Mariel y de Santiago. La pareja está punto de comprar una casa para recibir el nuevo miembro de la familia que llegará en seis meses. Sin embargo, las cosas se complica para ambos: Mariel descubre que su embarazo se interrumpió y eso genera una serie de desencuentros entre la pareja. Esa es la trama de Mariel espera la película dirigida por Maximiliano Pelosi y protagonizada por Juana Viale y Diego Gentile que estrenó esta semana.

“Cuando leí este guión me pareció hermoso, una película chiquita, intimista y con un color diferente a los proyectos que venía haciendo. Eso en sí mismo ya me parecía interesante porque venía de hacer El muerto cuenta su historia, un largometraje muy diferente a este”, cuenta a Tiempo Diego Gentile. 

Del otro lado del teléfono comenta que le daba mucha curiosidad trabajar con Juana Viale, con quien nunca había compartido set de filmación. “Fue una gran compañera y nos divertimos mucho dentro del drama de la película. Yo estuve catorce jornadas y tuve una gran experiencia porque fue un excelente equipo de trabajo”, completa Gentile. 

Incómodo y triste, Santiago mira a su mujer y no sabe cómo hablarle. Sufre pero no logra fluidez en el vínculo ante una Mariel destruida, desesperanzada y completamente angustiada. Gentile juega con estos espacios sensibles sin palabras, sin gestos. 

“Me crucé con esta gran diferencia en la forma de encarar el duelo que tiene la mujer y la que tiene un hombre. La mujer es la que pone el cuerpo, directamente y desde el otro lado, mi personaje vive esto de otra manera, tratando de priorizarla a ella pero no lográndolo”, explica. “Lo pensé al hombre siempre con una mentalidad más concreta y más resolutiva pero con amor. Es lo interesante del guión está hecho desde el amor. No hay personajes malos ni boludos, son desde el amor y de con ese amor desde aguantar el dolor. Me parece que es lindo que muestre al final, que mi personaje se desborda y ella lo contiene a él, hay algo lindo en eso. Dentro del dolor nunca nadie se olvida de amor, cuando el amor está, explota por todos lados”, expresa. “Es mucho más interesante cuando todo sigue adelante porque hay amor. También está el planteo de la película plantea eso de si es tan necesario ser madre. Hacerse preguntas sobre los no a las cosas que son impuestas”, completa. 

-¿Cuál es el trabajo que hacés una vez que recibís el guión? 

-En general, me entusiasma que esté bien escrito, que haya un personaje, que haya vínculos. En este caso, el acento estaba puesto en los vínculos así que estaba claro qué hacer. El resto del trabajo se va organizando. El cine es un gran acto de confianza. De eso dependió por ejemplo, construir el vínculo con Juana, conocernos y sí, nos llevamos bien, pegamos buena onda entonces cuando se dice “¡Acción!” haya conexión en la mirada aunque sea. Somos una pareja durante quince días pero después ya no más. Es un trabajo medio esquizofrénico porque el laburo tiene que ver con el otro, con mirar a los ojos al otro y a partir de ahí contar la historia. Hay un ambiente que se crea. En mi caso, creo mucho en el disfrute del trabajo, no creo en la tortura de esta profesión, por eso me pongo nervioso cuando los dos no entendemos lo mismo. Pero cuando está bien el guión es fácil porque te apoyás en eso y en tu compañero.

-¿Qué te gustó de la actuación como profesión? 

-No tengo una respuesta concreta más que la vocación. Cuando era chico, miraba tele en mi casa y dije que quería hacer eso. Creo que en eso fui afortunado porque supe qué quería. A esta altura no me importa si me va bien o no, me importa estar haciendo lo que me gusta, empecé a estudiar a los 12 años, si me quejo por el resultado de cómo me va estaría traicionándome a mí y a mi vocación. 

 Gentile es parte del elenco de Toc Toc una obra de teatro que lleva 2200 funciones. “Estoy hace siete años, es algo muy atípico, eso no te lo enseña ninguna escuela. Yo vengo del teatro independiente en el que cuando es un éxito hacés a lo sumo tres funciones por semana. El desafío después de tanto tiempo es entrenar para estar vivo en la escena. Eso se retroalimenta y es un gran ejercicio, tenés el colchón de los compañeros que te bancan en escena”, expresa.

 La situación del INCAA

Mayo comenzó con la comunidad audiovisual movilizada por las acusaciones de corrupción al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales que derivaron en la renuncia del entonces presidente del ente, Alejandro Cacetta. Gentile participó de las actividades y expresó su repudio al accionar del Ministerio de Cultura. “Me asombró la rapidez con la que sucedió todo. A mí lo que más me asusta de todo esto es la desinformación que toma forma de una mentira que la gente repite sin parar desde la televisión. En esa repetición, la gente se confunde porque tienen la información incompleta y eso es un peligro”, explica el actor. 

“Eso en todos los ámbitos de la vida me asusta mucho, el repetir porque sí. Era necesario decir que mucho antes de la gestión de Cacetta que estaba recién hace un año y medio, estaba fomentada la producciones nacional, no sólo desde el cine sino también desde las series. Así había posibilidades para los actores, autores, técnicos. Cuando cambió el mandato hubo una pausa en lo vinculado con lo artístico. El teatro también bajó en cantidad de público, la ficción dejó de producirse porque también hay mucho miedo a invertir. Antes un espectador iba al teatro una vez por semana, ahora va una vez por mes. Hay una crisis económicas y uno elige donde ir. Espero que vaya mejor en los próximos meses. Lo que hay que decir y hay que entender es que la plata que va destinada a la cultura no es la misma que va destinada al hospital. Desde algunos sectores es muy sucio decir que la plata de esto le roba la plata a esto otro. La cultura es tan importante como la salud porque es una nutrición a la cabeza, es decir al pensar”, finalizó.