Si el año pasado explotó por el aniversario redondo -40 años del golpe-, esta vez lo que multiplicó la concurrencia fue, simplemente, el gobierno de Mauricio Macri. La asistencia a la Plaza de Mayo se convirtió este viernes en un acto reflejo, en un compromiso, en una reacción colectiva -colmada de alegría y creatividad- ante el giro autoritario, negacionista y provocador de la administración de Cambiemos. Una multitud que desbordó lo que ya de por sí suele ser un acto desbordante inundó la Plaza de Mayo y todo el centro histórico de la ciudad. La jornada congregó desde el mediodía y hasta entrada la tarde a una franja amplia y diversa de la sociedad.

 Convocada por los dos sectores en los que está dividido el movimiento de Derechos Humanos, la concentración volvió a reunir a sindicatos, partidos de izquierda y de impronta nacional y popular; centros de estudiantes, federaciones universitarias; colectivos de artesanos, artistas, músicos, intelectuales, murgueros, titiriteros y payasos; agrupaciones de clubes deportivos, organizaciones territoriales y culturales de militancia en villas; curas tercermundistas más otros cultos religiosos; espacios LGBT que militan por la diversidad; el creciente y dinámico movimiento de mujeres.

 Como en cada 24, el rasgo más visible de las primeras horas fue el desfile interminable de parejas con hijos, novios que caminaban de la mano y familias numerosas con varias generaciones que se cuidaban ante el riesgo de extraviarse o perder a alguien en el gentío.

 La presencia de esos ciudadanos de a pie, sin pertenencias ‘orgánicas’ y con ganas de protestar por el endurecimiento neoliberal de Macri -la famosa ‘gente suelta’ que ratifica una identidad de cuerpo presente- fue el paisaje común del inicio de la tarde. Esa parte de la multitud tuvo tal dimensión que impidió que las columnas más organizadas y numerosas pudieran ingresar a la Plaza, al menos hasta las 17. Ya sobre las 18, concluido el primer acto que habían realizado los organismos de Derechos Humanos más conocidos –Madres Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS, Familiares de Detenidos y Desaparecidos y un total de 56 organizaciones-, las Diagonales Sur y Norte mostraban a un sector importante de la Plaza desconcentrándose.

 A esa misma hora, desde el Congreso y principalmente por Avenida de Mayo avanzaban en simultáneo las columnas de los partidos de izquierda y de los organismos de DDHH y anti-represivos cercanos a esas agrupaciones, nucleados en el Encuentro Memoria Verdad y Justicia.

 Aunque cada asistente vivió el 24 de marzo a su modo, los momentos claves de la jornada fueron dos: cada uno coincidió con la lectura del documento de uno de los dos sectores del movimiento de Derechos Humanos. En el primer caso, el texto que

comenzó a leer Taty Almeida por encontrarse Marta Vásquez (titular de Madres LF) con problemas de salud, el escrito tenía durísimos cuestionamientos a Macri. También contenía citas directas a la Carta Abierta a la Junta Militar, escrita por Rodolfo Walsh.

 El repaso del documento -45 minutos con varios oradores alternándose en el micrófono- mencionó varias veces a Milagro Sala y exigió nuevamente su liberación. Además, identificó con nombre y apellido a los “sectores civiles del terror”. En la lista que se leyó desde el palco figuraban, textualmente, “Sociedad Rural, Ledesma, Ford, Fiat, Mercedes Benz, La Veloz del Norte, Acindar, Dálmine-Siderca y muchas más”.

 Los organismos encabezados por Madres y Abuelas asimismo dedicaron una dura crítica a ciertos diarios y revistas por su actuación a partir de 1976. “Desde las oficinas de Clarín, La Nación, La Nueva Provincia y Editorial Atlántida se organizaba la mentira”, se recordó en medio de sonoros chiflidos. En una sorpresiva y contundente diferenciación de la Teoría de los Dos Demonios, el documento de ese sector reivindicó a los desaparecidos como militantes políticos y nombró a cada una de las organizaciones del peronismo revolucionario, del guevarismo y del marxismo que en los años ’70 asumieron la lucha armada. Se habló de Montoneros, del PRT y del ERP, de otras agrupaciones. Una de las definiciones más fuertes del texto, más en clave de actualidad, fue la ratificación del número de los 30 mil desaparecidos.

 “Mauricio Macri/ no seas gil/ los compañeros/ siguen siendo 30 mil”, coreó en un momento la muchedumbre. Eso se complementó con una dura condena al intento negacionista de los funcionarios macristas Darío Lopérfido y Juan José Gómez Centurión. “Hoy vemos como Mauricio Macri retrocede y se anima a hablar de derechos humanos mientras sus funcionarios ejercen el negacionismo y reivindican el Terrorismo de Estado”, se cuestionó.

 Los organismos aprovecharon también que en 2017 se cumplen 40 años del secuestro y asesinato de Walsh –acaecido el 25 de marzo de 1977- para describir la actualidad económica con conceptos de la Carta Abierta. Como hiciera en aquella misiva el escritor, periodista y miembro de Montoneros, los oradores hablaron de “miseria planificada” para describir el plan económico de Cambiemos.

 »Los despidos se cuentan de a miles. Los docentes, en reclamo de una paritaria nacional, no sólo son atacados públicamente sino que también reciben amenazas, como las sufridas por Roberto Baradel y su familia. Estamos viviendo una continua persecución a los trabajadores organizados, quienes representan la resistencia a este gobierno neoliberal”, describió el documento. El texto puntualizó en casos de hostigamiento patronal y gubernamental contra los trabajadores, como AGR/Clarín, Textil Neuquén, Atanor y la cooperativa del Bauen.

Otro de los puntos más salientes del documento de Madres y Abuelas fue la mención al encarcelamiento del ex jefe del Ejército César Milani (“En esta misma Plaza reclamamos hace un año que el Poder Judicial determinara si César Milani había cometido crímenes de lesa humanidad. ¡Seguimos diciendo juicio y castigo a todos los culpables!”) y la inmediata exigencia de que “cesen los intentos por remover a la Procuradora General Alejandra Gils Carbó”.

Los organismos asimismo cuestionaron el desmantelamiento de las direcciones de DDHH en el Banco Central y el Ministerio de Seguridad, una decisión estratégica del macrismo, y reclamaron la identificación y la captura de los asesinos de Darío “Iki” Julián Eugenio y César Méndez, militantes del MP La Dignidad. También se exigió juicio y castigo para los responsables de la desaparición de Jorge Julio López y la muerte de Luciano Arruga.

En la primera parte de la jornada centralmente se puso el foco en la detención de Milagro Sala. De hecho, antes de la lectura del documento se escuchó desde el micrófono a Patricia Cavana, militante de la organización que encabeza Milagro que pasó nueve meses presa en el penal de Alto Comedero. “Los tupaqueros que quedamos vamos a hacer todo lo que podamos para que Milagro sea liberada”, prometió Cavana.

Luego se escuchó un mensaje grabado enviado por la propia Milagro desde la cárcel. “Las Madres y las Abuelas son el ejemplo en estos momentos tan duros. La historia nos ha demostrado que el amor vence al odio. No hay cárcel que pueda parar el deseo de justicia. Hasta la victoria siempre, compañeros”, fueron las palabras de la líder social que se escucharon desde los parlantes. “Presa política, Milagro Sala”, se identificó ella misma al momento de despedirse.

La ciudad invadida

La jornada había comenzado al mediodía con la instalación de afiches, pasacalles, puestos para la venta de comida callejera y stands que apelaban al humor y la ironía. La Garganta Poderosa, por caso, volvió a copar todo el espacio alrededor del Cabildo y por Diagonal Norte con una estética de kermese que invitaba al juego: una de las propuestas era hacer un bollo de papel con la tapa de los diarios de los años de la dictadura –como crítica a la complicidad de muchos medios- para lanzar el papelito y tratar de embocarlo en los círculos formados por el número 30000.

Otra muestra de creatividad fue la multiplicación por todos lados de la frase popular “Macri gato”. Había vendedores de cerveza que promocionaban la “Birra anti-gato”; calcomanías de la agrupación Patria Grande con la misma consigna; stencil que pintaban paredes con la forma de un gato y el apellido del presidente. También se vio sobrevolar por los aires a un helicóptero hecho de papel y cartón: lo sostenían los miembros de un colectivo artístico que estaban todos vestidos de negro. El mensaje del helicóptero de utilería estaba implícito: comparar a Macri con Fernando de la Rúa.

Las columnas más grandes volvieron a ser, en el caso del espacio nacional-popular, las de La Cámpora y el Movimiento Evita. La Cámpora movilizó 25 mil personas desde el predio de la ex ESMA, en pleno Nuñez, y atravesó toda la ciudad de norte a sur por la avenida Santa Fe con Máximo Kirchner a pura sonrisa. En la cabecera del Evita caminaban Fernando “Chino” Navarro, Juan Manuel Abal Medina, Jorge Taiana y Leo Grosso.

El Movimiento Evita habló de 18 mil personas marchando detrás de sus banderas. En la movilización también se vieron columnas del Partido Solidario, Nuevo Encuentro, Los Irrompibles (UCR) y otras agrupaciones del kirchnerismo. Desde la izquierda independiente dieron el presente Seamos Libres, Patria Grande y un sinfín de otros espacios más pequeños, no tan instalados.

“La oposición argentina está siendo muy seria, marcha y reclama por sus derechos porque cuida sus conquistas. El gobierno tiene que tranquilizarse: argentinos están esperando que cumplan con lo que prometieron”, planteó Máximo Kirchner. “Esta gigantesca y multitudinaria marcha es un grito de Nunca Más al terrorismo de Estado, Nunca Más a la impunidad y Nunca Más a la miseria planificada que propone Macri”, evaluó en caliente el legislador porteño José Campagnoli, de Nuevo Encuentro.

«La izquierda y los organismos ‘independientes’

Pasadas las 18, cuando el sol empezaba a aflojar, las agrupaciones de izquierda comenzaron a acercarse a la Plaza. Con predominio de los dos partidos mayoritarios del FIT (Partido de los Trabajadores Socialistas y Partido Obrero), la izquierda desembocó frente al Cabildo desde Avenida de Mayo y las dos Diagonales. Entre las banderas rojas de la izquierda se veían también las columnas del MST, PRL, Nuevo MAS, Izquierda Socialista, de la CTA/ATE que encabeza el secretario general de ATE Nacional, Hugo “Cachorro” Godoy; de la Corriente Clasista René Salamanca, del PCR, entre otros espacios. Había presencia de sindicatos clasistas, como los neumáticos (gremio que conduce el PO), SITRAIC (sindicato alternativo de la construcción, escindido de la UOCRA, que exige la cárcel para Gerardo Morales por su historial como personal civil del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército).

“No hubo un acto común porque, lamentablemente, los sectores kirchneristas siguen defendiendo los ascensos de genocidas como (César) Milani, mientras que los familiares de sus víctimas, junto a la izquierda y los organismos independientes, lo denunciamos y hoy estamos exigiendo su prisión perpetua”, aseguró el precandidato Nicolás del Caño (PTS) mientras caminaba hacia la Plaza de Mayo junto a la diputada Myriam Bregman, también del PTS. En la columna unificada marchaban los dirigentes más conocidos del PO, entre ellos Jorge Altamira, Gabriel Solano, Marcelo Ramal y Néstor Pitrola. También estaba Vilma Ripoll (MST).

 El Encuentro Memoria Verdad y Justicia, del que forma parte la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, comenzó a leer su documento pasadas las 19. Este año, el eje diferenciador más fuerte con el resto de los organismos fue el reclamo de cadena perpetua para Milani y la asociación de su figura con la de la ex presidenta Cristina Fernández.