En estos días se supo que los estudios Disney volvieron a contratar los servicios del cineasta James Gunn para retomar la producción de la película Guardianes de la Galaxia 3, universo que él mismo ayudó a modelar. La noticia no tendría mayor relevancia si no fuera que el propio Gunn había sido echado por Disney hace un año, a partir de que unos tuits publicados por el director diez años atrás en la red social del pajarito. En ellos, utilizando los códigos del humor negro, el director se permitía algunos comentarios provocadores y políticamente incorrectos que incluían alusiones a la pedofilia, las violaciones, los ataques a las Torres Gemelas y el Holocausto.

Si bien aquel despido resultó inesperado, teniendo en cuenta que los tuits en cuestión no eran secretos y ya existían cuando Disney contrató a Gunn para escribir y dirigir las dos primeras películas de Guardianes de la Galaxia, estrenadas en 2014 y 2017, el asunto tampoco fue una sorpresa. Es que la situación tuvo lugar durante el pico del escándalo que tuvo como centro al productor Harvey Weinstein, acusado de abusos sexuales y violaciones por decenas de actrices de Hollywood. El caso Weinstein fue el disparador de una ola de denuncias y escraches en contra de varios hombres de la industria, a los que se acusó formal o informalmente de distintos delitos vinculados con el abuso o la discriminación y es dentro de ese marco que Gunn fue despedido.

Claro que la diferencia entre los casos de Weinstein o Bill Cosby, ambos acusados de delitos que van de la violación a distintos tipos de abuso sexual, siempre estuvo claro que los comentarios publicados por Gunn fueron realizados dentro del marco del humor. Es cierto que frases como “estoy en contra de la violación y de comer bebés en la vida real (salvo que tenga mucha hambre)”, “Lo mejor de ser violado es cuando terminan. Entonces te das cuenta de lo agradable que es que ya no te estén violando” o “Me gusta cuando los nenes chiquitos me tocan en los lugares graciosos. Shhh!” pueden no resultar felices. Mucho menos cuando provienen de alguien vinculado a una empresa dedicada al entretenimiento infantil, como Disney. Sin embargo, por muy desacertados o de mal gusto que estos fueran, no constituyen delito alguno.

Aun así la casa que vio nacer al Ratón Mickey decidió rápidamente prescindir de los servicios del director. Alan Horn, presidente de los Walt Disney Studios anunció a través de un comunicado que «la actitud ofensiva y los dichos descubiertos en el feed de Twitter de James son indefendibles e inconsistentes con los valores de nuestro estudio” y que por lo tanto se había decidido cortar la “relación de negocios con él». Lejos de asumir una defensa que tal vez lo hubiera hecho ver como más culpable, Gunn reconoció entonces que de alguna manera se trataba de pecados de juventud, de comentarios realizados con el deseo de provocar y de volverse popular. La torpeza de alguien que quiso jugar a ser un «chico malo» de las redes sociales.

«La gente que ha seguido mi carrera sabe que cuando comencé me veía a mí mismo como un provocador, haciendo películas y diciendo chistes que fuesen indignantes o un tabú”, escribió el director en sus redes. “Pero así como me he desarrollado como persona, también lo ha hecho mi trabajo y mi humor», explicaba entonces. «No estoy diciendo que soy mejor, sino que ahora soy una persona diferente a como era años atrás. Hoy intento encontrar la raíz de mi trabajo en la conexión con el amor y menos en el enfado. Mis días diciendo cosas sólo porque pueden ser escandalosas o porque quiero conseguir una reacción, ya se terminaron», concluía.

En consonancia con este examen de conciencia público y online, todo el elenco de Guardianes de la Galaxia salió a defender al director en su peor momento. Figuras como Bradley Cooper, Vin Diesel, Zoe Saldaña y otros firmaron el comunicado de respaldo que Chris Pratt publicó en sus redes. Allí el actor dejaba clara su postura: «Aunque no apoyo las bromas inapropiadas que James Gunn hizo años atrás, es un buen hombre y, personalmente, me gustaría verlo de nuevo como director del Volumen 3», en referencia a la tercera película de la saga. Aún así la decisión de los ejecutivos se mantuvo irrevocable y Gunn aceptó mudarse a la casa de la competencia, DC Comics, donde escribió y presumiblemente dirigirá la primera secuela de la saga Suicide Squad, que tiene fecha de estreno para el año 2021. Algo que las nuevas noticias parecen confirmar.

Pero en todo este caso hay dos elementos cruciales a los que no debe desatenderse. En primer lugar que Gunn ha sido (y aún lo es) un activo opositor a la candidatura de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y de sus políticas de estado una vez que fue elegido. La segunda, que aquellos tuits perdidos en el arcón de los recuerdos indeseables de las redes sociales fueron rescatados y vueltos a poner en agenda por Mike Cernovich. Este último es un operador político muy popular en en la red, conocido por su antifeminismo y etiquetado como un supremacista blanco por la Southern Poverty Law Center, una ONG dedicada a la reivindicación y lucha por los derechos civiles. Y, claro, un ferviente defensor de la candidatura y las políticas de Donald Trump como presidente. Como se ve, el resultado de las sumas de uno más uno es siempre dos.

Días atrás el sitio Deadline, un portal especializado en cine y noticias de Hollywood, informó que Disney había aceptado recontratar a Gunn para que volviera a ponerse al frente de la franquicia Guardianes de la Galaxia. Una decisión que si bien se conoce recién ahora, al parecer fue tomada meses atrás. Según Deadline fue el propio Alan Horn quien aceptó recuperar a Gunn, uno de los hombres fundamentales detrás del redituable universo cinematográfico Marvel, para completar la trilogía. Los motivos de Horn: aquellas inmediatas disculpas ofrecidas por el director luego de que sus viejos chistes quedaran en el ojo de la tormenta.

Sin embargo el regreso del hijo pródigo se vio complicado justamente porque tras ser echado Gunn firmó el contrato con los estudios Warner y DC Comics para escribir y rodar la secuela de Suicide Squad. Y el precio que Disney debe pagar ahora para recuperar a uno de sus principales artistas es esperar a que este cumpla con los contratos que firmó mientras estaba fuera de la que hasta entonces había sido su casa. Es decir: para que haya más Guardianes de la Galaxia primero deberá haber más Suicide Squad. Una buena muestra para confirmar que la regla del que ríe último es absolutamente cierta.