Daiana Magalí Irrazábal, de 24 años, y Gonzalo Urrieta de 21, fueron asesinados por sicarios durante la madrugada de este sábado. El episodio ocurrió en una vivienda ubicada en calle Dorrego al 3900, al sur de Rosario. Fuentes de la investigación apuntan a la banda de Los Monos, liderada por la familia Cantero, ya que la mujer fue una de las testigos clave que declaró en el juicio que finalizó en abril pasado, en el que condenaron a los jefes de la asociación delictiva.

La joven había sido novia de Nahuel César, quien fue asesinado junto a su hermano Milton y su madre Norma César, en mayo de 2013, dos días después del homicidio de Claudio Pájaro Cantero. Es por todo esto que los investigadores barajan la hipótesis de que la masacre de la familia César está relacionada a la ola de venganzas que desató el crimen del líder de la banda marco.

Milton fue acusado de haber disparado los seis balazos que mataron al Pájaro. Cuando las evidencias apuntaron contra la familia Bassi y el presunto sicario Milton Damario, la venganza se cobró varias víctimas de ese grupo.

Ahora investigan si el doble homicidio ocurrido este sábado, es consecuencia de la cadena de crímenes que se desató por el narcotráfico. El hecho ocurrió cerca de las tres de la madruga, cuando dos hombres llegaron a la vivienda, dispararon hacia el interior desde un ventanal y huyeron. Una bala impactó en la cabeza de Daiana Irrazábal, quien murió en el acto. Su amigo, Gonzalo Urrieta, falleció en el Hospital Clemente Álvarez.

Sin embargo, un joven de 17 años que también estaba en el domicilio sobrevivió al ataque: sólo debió recibir asistencia médica por unas lesiones en las piernas provocadas por el estallido de los vidrios de la ventana desde donde dispararon los sicarios. Es considerado un testigo clave de este episodio.

Otro testigo del mismo juicio en el que había declarado Irrazábal, Diego Germán Romero, de 37 años, fue asesinado de cinco tiros el pasado 4 de agosto en la puerta de su casa, ubicada en la zona oeste de Rosario. También había apuntado contra Los Monos durante la instrucción de la causa, pero luego se desdijo en el juicio.

En Santa Fe, las autoridades policiales y políticas, sostienen que la banda fue desbaratada y que los miembros más peligrosos de esta banda están detenidos y repartidos en cárceles del país. Sin embargo, los atentados a la Justicia y los continuos homicidios de los testigos son recurrentes.