Difícilmente Dolores Fonzi olvide el 2019. Pasaron muchas cosas y algunas de una intensidad abrumadora, pero todas las llevó con un temple envidiable. En épocas de vacas flacas, el trabajo no le faltó. Además de la inminente Claudia, participó en el film Así habló el cambista –junto a Daniel Hendler–, grabó a las órdenes de Adrián Caetano la primera temporada de Puerta 7 –la serie de Netflix que protagoniza junto a Esteban Lamothe– y hasta comenzó a darle forma a la que será su primera película como guionista, directora y actriz. También se hizo cada vez más intensa su militancia dentro del colectivo Actrices Argentinas y más visibles sus declaraciones políticas contrarias al modelo económico-social impuesto por el presidente Mauricio Macri. Pero un diagnóstico de cáncer de mama, las angustias lógicas y los tratamientos necesarios le impusieron desafíos inimaginados. «Fue un año intenso… sí. Pero puede darle para adelante y acá estoy», explica pensativa, dándose unos segundos como para repasar algunas sensaciones y con una sonrisa que certifica un presente feliz después de tanta odisea.

Afortunadamente, hoy Fonzi está muy bien y por estos días el inminente estreno de Claudia –llega a los cines este jueves– domina su atención y entusiasmo. La flamante película escrita y dirigida por Sebastián De Caro propone una estética de colores y contrastantes potentes, tratamientos actorales rigurosos, un collage de géneros y una historia que se desarrolla con una Fonzi omnipresente. Claudia (Fonzi) trabaja de organizadora de eventos, es meticulosa y obsesiva, casi al borde de no tener vida por fuera de sus obligaciones laborales. Su intervención de último momento en una fiesta de casamiento –reemplaza a una compañera enferma–, una drástica decisión que establecerá un vuelco en la realización de los festejos y la confesión de una protagonista de la ceremonia abrirán el juego a la zozobra y a algunas sorpresas. Entre la comedia, el suspenso y escenas de «terror de feria» –en palabras del propio De Caro–, los personajes son más personajes que nunca en función de un juego estético y de sentidos. ¿Llegarán a buen puerto?

El azar siempre juega un rol importante en la vida y el caso de Claudia y Fonzi no es una excepción. La protagonista de esta película iba a ser Pilar Gamboa. Gamboa y De Caro habían trabajado durante más de un año sobre el personaje, la historia y las pautas que iban a regir la producción. Pero dos semanas antes de comenzar el rodaje un problema contractual impidió su participación. «Yo soy muy amiga de Pili, así que estaba bastante al tanto de la película, e incluso ya había arreglado para hacer una aparición mínima. Pero de repente Seba me llamó para proponerme hacer de Claudia. No había mucho tiempo ni para analizarlo, pero en estas cosas me ayuda el instinto, así que de inconsciente y entusiasta dije que sí, y me puse a laburar como loca», revela Fonzi.

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–Al principio la película parece una metáfora sobre la alienación laboral encarnada en Claudia. Pero rápidamente se dispara en diversas direcciones.

–Claro. Es una interpretación ineludible. Casi no se ve nada de Claudia fuera de su trabajo. Se la muestra una vez durmiendo en la casa de una amiga, pero no sabemos con quien vive, si alguna vez tiene sexo, si quiere a alguien… Está vestida como una azafata, su vida es el trabajo y pretende organizarlo casi como un vuelo. Lo más atractivo de la película es su naturaleza lúdica. No se parece a las películas argentinas actuales. No tiene nada de costumbrista. El tono actoral y estético le dan un aire muy divertido.

–Los rictus de los personajes subrayan, justamente, que son personajes.

–Sí, re. Es una película de personajes al servicio de una historia bastante loca.

–Claudia tiene una presencia permanente en toda la película y textos largos. ¿Cómo te sentiste con este tipo de protagónico?

–Tenía que estar muy concentrada. Todo el día y todos los días del rodaje. Fueron cuatro semanas muy intensas y yo estaba desde la primera hasta la última hora del rodaje. Con mucho texto, sí, pero además con su forma tan especial de hablar: repleta de tecnicismos, muy precisa, nada casual. Por eso terminaba cada escena y me tenía que poner a releer la siguiente. En la mayoría de las películas tenés tiempos muertos o de esparcimiento, digamos, acá era todo muy intenso.

–¿Un personaje con mucho texto es más sencillo o más complicado de abordar?

–Exige más concentración. Tenés que aprender más letra y en el caso de Claudia, tiene que ser dicha con mucha precisión, no da improvisar. Pero tanto texto también es un refugio. Te explica qué piensa Claudia en cada momento. Te va llevando, de alguna manera. No podría definirlo en términos de más difícil o más fácil. A veces un papel con menos letra es más sencillo de resolver y en otros se hace más complicado. Pero en este caso puedo decir que me exigía y a la vez me guiaba.

–Es notorio que todavía falta para llegar a la igualdad, pero cada vez hay más películas protagonizadas y dirigidas por mujeres.

–Sí, falta, pero seguimos avanzando. Es un cambio de época imposible de parar. Cualquier cambio hacia la igualdad es positivo y hay que celebrarlo. Pero no es sólo un tema de género ni de actrices. Yo por suerte tuve trabajo. Pero la destrucción que el gobierno de Macri hizo en la cultura, la ciencia, la educación y la salud, fue increíble. Este gobierno hizo sufrir mucho a la gente. Considero que el voto tan contundente en las PASO expresó la voluntad y el deseo de volver a un camino hacia la igualdad, con mayores oportunidades para las mujeres y también para los sectores sociales más postergados. Creo que el próximo gobierno va a revertir las políticas de vaciamiento y que el movimiento de mujeres va a ser más respetado. El macrismo demostró un particular desprecio por los seres humanos, excepto por sus amigos y familiares. Creo que fue el peor gobierno elegido por el pueblo que tuvimos los argentinos.

–¿Considerás que, además de luchar por la igualdad de derechos, el feminismo también funcionó como un movimiento de resistencia al macrismo?

–Totalmente. El feminismo también es una trinchera contra el neoliberalismo. Más allá que nuestros reclamos comenzaron mucho antes, no es casual que se hicieron mucho más visibles en estos tiempos. Peleamos por los derechos de las mujeres, pero también por los derechos de los ciudadanos y en contra de toda desigualdad. Como actrices y mujeres nos vemos interpeladas por la época. Es nuestro rol. El sistema nos hace populares y usamos la popularidad que el sistema nos da para visibilizar lo que el sistema no quiere que visibilicemos. Tengo esperanzas de que las políticas del próximo gobierno vayan en otra dirección y generen mejoras para todos.

–Denuncias públicas como las que recibió Ricardo Darín generaron diferencias entre algunas actrices, algo perfectamente normal en cualquier organización. ¿Qué reflexión te merece esa situación?

–Las diferencias son lógicas en cualquier espacio. Pero algunos las quieren usar para resquebrajar un movimiento muy fuerte que no se va a detener. Son ciertos sectores que apuestan al amarillismo y se asustan con los cambios. Creo que todas tenemos una opinión y no me gusta poner la mía por encima de ninguna. No creo que todo sea lo mismo. Es momento de que toda mujer diga lo que quiere decir. Cada una tiene su visión y hace lo que puede. A mí lo que me interesa es, desde los movimientos y la política, cambiar el estado actual de las cosas y que no exista la desigualdad entre el hombre y la mujer. Pero no sé si prender hogueras constantemente es el mejor camino. Me parece que también hay que construir desde la reflexión. Pensar cuál es el verdadero mal y cómo se lo ataca. ¿Pelearse con un compañero de trabajo es algo denunciable? ¿Pelearse de igual a igual tiene algo de problemática de género? No lo sé, es debatible. Es algo que tenemos que transitar y todas tienen su opinión. Pero Darthés no es lo mismo que alguien que se peleó con una compañera de trabajo. Cada uno utiliza su espacio de poder con declaraciones y después el tiempo dirá. También es un momento de aprendizaje.

–Hiciste público un problema de salud importante. ¿Cómo lo viviste y cómo estás?

–La verdad es que al principio no lo hice tanto por voluntad propia. Ciertos sectores de la prensa lo empezaron a filtrar, se sumaban rumores… Pero es como todo. Una tiene que hablar cuando puede y cuando quiere. Decidí contar que tuve cáncer de mama porque esa enfermedad a veces es un tabú. Y vi que muchas mujeres después me agradecían porque eso las apuró a hacerse un control o a no sentirse tan solas. Afortunadamente estoy muy bien. Y si contarlo y recordar que octubre es el mes de la visibilización del cáncer de mama ayuda a que más mujeres vayan a controles, porque no alcanza sólo con que nosotras mismas nos revisemos, bienvenido sea. «


CLAUDIA

Director: Sebastián De Caro. Elenco: Dolores Fonzi, Laura Paredes, Julieta Cayetina y Julián Kartún, entre otros. Estreno: jueves 12 de septiembre.

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El presente del cine y la búsqueda de Claudia

Sebastián De Caro no es un hombre de largos silencios. Es un apasionado del cine y lo expresa a borbotones. Destaca que podría vivir sin hacer películas, pero jamás sin ver cine. De Caro reflexiona sobre la difícil situación que debe sortear un estreno como Claudia por la crisis económica, la escasa presencia del Incaa y el cambio de paradigma que vive la disciplina: «Las formas de consumo afectan al cine. Hoy una película como El padrino sería un fracaso. El cine que no es para un público juvenil o infanto-juvenil está complicado. ¡Dolor y gloria de Almodóvar estuvo sólo un mes en los principales cines! Avengers marca records, pero eso no es un triunfo del cine: es el triunfo de los algoritmos y de la infantilización de las audiencias».

Ese escenario global no ensombrece su entusiasmo por Claudia. «Es la película exacta que quería hacer. Con formas que en la Argentina no se ven. Una comedia que le pudo gustar a mi abuela. A mí me atrae mucho el cine de Carlos Vermut, Mario Bava, Pedro Almodóvar y Álex de la Iglesia, entre muchos otros. Por ahí fuimos. Y la presencia de Dolores es genial. Dolores es la película. Su talento y su porte de diva de los ’40/’50 son incomparables», destaca el director.

Una agenda con muchas novedades

Faltan cuatro días para el estreno de Claudia, pero la agenda de Dolores Fonzi incluye muchas más novedades. La más próxima es Así habló el cambista, la película del director uruguayo Federico Veiroj en la que acompaña a Daniel Hendler, que se estrenará el 26 de septiembre. También grabó a las órdenes de Adrián Caetano la primera temporada de la serie Puerta 7 –que protagoniza junto a Esteban Lamothe–, la cual se estrenará el año próximo en Netflix y cuenta la historia de la primera mujer responsable de la seguridad en un club de fútbol y sus conflictos con la barra brava.

Pero acaso el mayor desafío será una película todavía sin nombre en la que actuará, dirigirá y escribió el guión: «En realidad lo escribimos con Laura Paredes, una amiga muy talentosa. La idea era filmar este año pero el Incaa lo hizo imposible. Será en 2020 y es una comedia. Se trata de la historia de una madre que tuvo un hijo a los 15 años. Ahora el pibe tiene 26 y ella es como una Gran Lebowski con un roommate, que es su hijo».