Todo comenzó hace poco más de un año. En realidad fue hace mucho (muchísimo) tiempo atrás, siglos y siglos, pero Colin Kaepernick se encargó de reavivar la protesta contra la violencia y el racismo policial en los Estados Unidos, de hacerlo visible aprovechando su fama en el fútbol americano de la NFL, el deporte más popular de ese país.

Kap, en ese entonces, era el mariscal de campo de San Francisco 49ers, tomó la decisión de arrodillarse al momento en que en el estadio repleto de 80.000 personas se escuchaba el himno de los Estados Unidos en respuesta a la reciente brutalidad policíaca y discriminaciones contra las minorías.

«No me voy a levantar para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color», declaró cuando se le acercó un tsunami de micrófonos en el vestuario. Días atrás se habían dado a conocer las muertes de los afroamericanos Alton Sterling, en Luisiana, y de Philando Castile, en Minnesota, a manos de la policía.

La respuesta de Donald Trump, en ese momento candidato republicano, llegó con fiereza: “Creo que es algo terrible lo que hace y que debería de buscar otro país que sea mejor que él”.

Tras finalizar la temporada Kaepernick, nacido hace 29 años en Milwaukee, decidió probar suerte en la agencia libre, pero pese a sus buenos números (tiene el récord de yardas en un partido con 181) no logró conseguir una nueva franquicia. Miles de fanáticos se acercaron a las oficinas de la National Football League para conseguirle un equipo a Kap.

El pasado 4 de julio, el Día de la Independencia en su país, viajó a Ghana, África, y publicó un vídeo en las redes sociales en el que renueva sus críticas. “¿Cómo podemos celebrar de verdad la independencia en un día que intencionadamente se la robó a nuestros ancestros? Me fui a casa para encontrar mi independencia”.

El fin de semana pasado, casi todo el mundo del deporte estadounidense se volcó contra el ahora presidente. Las protestas al estilo Kaepernick se multiplicaron y hasta llegaron a otros deportes y la forma de protesta no es del agrado del multimillonario: “Si los fanáticos de la NFL se negaran a ir a los partidos hasta que los jugadores dejen de faltarle el respeto a nuestra bandera y país, verían un cambio rápido. ¡Despídanlos o suspéndanlos!» reclamó en su cuenta oficial en Twitter.

«¿No les gustaría ver a uno de estos propietarios de la NFL, cuando alguna persona le falta el respeto a nuestra bandera, decir: ‘¡Saquen a ese hijo de puta del campo de juego ahora mismo! ¡Fuera! ¡Está despedido! ¡Está despedido!’?», preguntó el mandatario en medio de aplausos durante un discurso en Austin haciendo referencia a su reality show donde se la pasaba echando gente.

Esta vez, el contraataque fue de los protagonistas. Y fue con más fuerza: jugadores, cuerpo técnico y hasta los dueños de las franquicias se juntaron en el centro de cada campo de juego y escucharon el himno abrazados y de rodillas: Jaguars, Packers, Jets, Falcons, Dolphins, Steelers (no estuvieron en el campo durante el himno), Broncos, Bears, Lions y hasta los Patriots (incluido el mega ídolo Tom Brady), actual campeón del Super Bowl y del que Trump es fanático y amigo del dueño.

El conflicto traspasó de frontera deportiva al meterse en el básquet: Stephen Curry, de Golden State Warriors, anticipó días atrás que no iba a asistir a la tradicional ceremonia que la Casa Blanca brinda a los campeones de la NBA, pero Trump no se quedó callado: “Ir a la Casa Blanca es considerado un gran honor para un equipo que gana el campeonato. Stephen Curry está dudando, por lo tanto, ¡la invitación se retira!”. Se trata de un suceso sin precedentes.

La NBA completa, hasta el mismo comisionado Adam Silver, se alineó detrás del jugador de Warriors. Desde la Asociación de Jugadores enviaron un comunicado donde se cuenta que «¡este retiro de la invitación es una insignia de honor!”.

Lebron James, de los Cleveland Cavaliers y que cayó en la final ante los Warriors, salió a bancar a Curry: “Ir a la Casa Blanca era una honor hasta que llegó usted. Eres un holgazán”, escribió el astro en su cuenta de twitter.

De todas formas, Curry irá a Washington, pero celebrar «la igualdad, la diversidad y la inclusión», mientras que a Colin Kaepernick ya lo ponen a la misma altura que Mohamed Ali.