Lo dice un hincha de Racing que fue camuflado a la cancha de Huracán, después de soportar que a su equipo lo empataran sobre la hora: “El técnico que tenemos es Caruso Lombardi con perfil bajo.” Lo dice un hincha de Independiente mientras baja las escaleras del Libertadores de América fumando bronca con forma de cigarrillo tras perder con los suplentes de San Lorenzo: “Si estuviera Pellegrino o Almirón hubiéramos hecho fila para putearlo”.

Así terminaron el fin de semana pasado los dos equipos de Avellaneda, y con la misma frustración arrancaron la que desemboca en el clásico de hoy. Los dos están en la parte alta de la tabla de este insólito y multitudinario torneo qua va a terminar recién en junio próximo. No es grave la situación. Pero ninguno de los dos conforma desde el juego. Ambos parecen tener más potencial en sus planteles de lo que después muestran en la cancha. Eso es lo que preocupa.

En Racing ven que a Ricardo Zielinski le falta la valentía para armar planteos ofensivos. La táctica y estrategia del entrenador siempre tiende a reforzar la defensa y ver qué pasa. Es ofensivo, casi por obligación, cuando juega como local contra un equipo que se arrima al Cilindro sin la menor intención de atacar. Pero Zielinski ya entregó varios botones de muestra como para asegurar que cuando Racing se pone en ventaja su idea es reforzar la defensa, armar un escudo, sacar a los juegan para poner a los que corren. Y no escarmienta ni con los silbidos tras el empate contra Defensa y Justicia. Le volvió a pasar el sábado pasado en Parque Patricios.

Lo de Independiente es diferente. Gabriel Milito le dio al equipo una idea de juego ofensiva que se basa en la tenencia de la pelota. Siempre sale jugando desde el fondo e intenta llegar al área de enfrente triangulando, gambeteando, tocando y sin tirar pelotazos ni centros frontales. Pero es una idea, una propuesta. Todavía no pudo hacer que eso ocurra efectivamente. La intención es atractiva hasta que llega al área de enfrente. Ahí se diluye, se opaca, se cae. En los últimos cinco partidos Independiente hizo un gol (el de Denis para perder por poco contra San Lorenzo) y en medio de esa racha sólo le ganó a Temperley con un gol en contra. Es cierto que la suerte no es roja en este campeonato porque mereció ganarle a Quilmes, a Gimnasia, a Central y a San Lorenzo, que le encontraron la vuelta con una receta muy simple: defenderse apretaditos atrás, poner dos líneas de cuatro dedicadas a que no juegue nadie y esperar algún error. Tres le empataron y uno le ganó.

“Si tenemos a Acuña, al Licha, a Romero… ¿cómo vamos a meternos todos atrás a cerrar el partido cuando vamos ganando?”, seguía lamentándose el hincha de Racing. “Algo pasa, tuvimos la pelota todo el tiempo, pero no pateamos al arco”, continuaba despotricando el hincha de Independiente.

Así llegan al clásico, con dos entrenadores cuestionados a pesar de que no les va tan mal y, al menos Milito, es más de Independiente que la mayoría de los que llenan las tribunas.Hoy, cada cual con su estilo, buscará calmar un poco el oleaje que amenaza con inundar una parte del barrio.«