La noticia se replicó rápidamente en las últimas horas en los principales países de Europa: la Agencia de Medicamentos del continente (EMA) tiene prevista la certificación de una primera vacuna contra el Covid-19, «de aquí a finales de año» para una distribución «a partir de enero». La precisión surgió de su director, Guido Rasi, en una entrevista publicada en el diario italiano Il Sole 24 Ore. Admitió, por otra parte, la urgencia reinante por la propagación de la segunda ola del virus, que no se esperaba que fuera tan virulenta. Y, al mismo tiempo, informó que la EMA evalúa la llegada de “6 o 7 vacunas diferentes en 2021”, y que hace unas horas recibió «los primeros datos clínicos de Pfizer”, aunque reconoció que trabajan con datos preclínicos de los ensayos de AstraZeneca, Moderna, Sputnik V y otras.


Al mismo tiempo, en España, el prestigioso Colegio de Médicos local pidió la renuncia del coordinador sanitario del Gobierno, Fernando Simón, cara visible de la lucha contra la pandemia. Puede pensarse en una interna política en el país, como se da en tantos de todo el mundo. Pero es un reflejo del muy intenso debate que se generó en varias naciones europeas respecto de cómo se trató la pandemia durante el verano europeo. Hay acusaciones recurrentes sobre que no se consideró en su justa medida la gravedad y la intensidad de esta segunda ola, aun cuando las predicciones científicas la daban por segura y alertaban sobre su importancia. La Organización Mundial de la Salud puede dar cuenta de ello. España es uno de los países más golpeados por la pandemia, con casi 1,5 millones de casos y más de 40.000 muertos.

También en Italia, Inglaterra y Francia, dos de los países más atacados por esta pandemia, se renovaron las críticas a los gobiernos y la idea generalizada es que, durante el verano, se realizó una apertura exagerada, entre otras medidas siempre atadas a las urgencias por los perjuicios económicos que trajo aparejado el Covid-19. En los medios de comunicación, los debates son recurrentes, mientras los contagios y muertes se multiplican y requieren nuevas restricciones en todos esos países.

Los 280 mil nuevos casos de Covid-19 en un día que se revelaron en Europa este viernes no sólo superaron todas las marcas desde el inicio de la pandemia, sino que puede ser comparado con el valor registrado en todo el mundo recién a principios de agosto. Un dato que la OMS suele marcar en cada informe es que la curva de contagiados diarios en el mundo nunca se amesetó como se presagió más de una vez, sino que está disparada dramáticamente en el mundo, y en especial en el Viejo Continente. Fueron 656 mil este viernes, luego de tres días de rondar esa cifra. También la curva de muertos va en aumento: en los últimos tres días se computaron más de 9300 casos por cada 24 horas, lo que hizo superar los 1,3 millones en total.

En ese sentido, la canciller alemana, Angela Merkel, pidió a sus connacionales estar preparados para afrontar meses difíciles dado que «el invierno que se avecina seguirá exigiendo mucho de todos nosotros. El virus seguirá dominando nuestras vidas durante bastante tiempo. Esto significa que no podremos encontrarnos personalmente».  «


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millones  de casos en todo el mundo. Más de 650 mil registrados en las últimas 24 horas. Los fallecidos pasaron los 1,3 millones.