Jair Bolsonaro y Donald Trump establecieron acuerdos en su cumbre en Washington que ya encontraron el rechazo de Venezuela y que, en cualquier momento, recibirán un repudio similar de los productores del campo argentinos. Por parte del gobierno bolivariano, la Cancillería, a cargo de Jorge Arreaza, emitió un comunicado en el que acusa al dúo ultraderechista de hacer «apología de la guerra» en violación a la Carta de las Naciones Unidas.  

Desde la Casa Blanca, Trump repitió el mensaje de que «todas las opciones están sobre la mesa» para reemplazar a Nicolás Maduro por el diputado Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino. Bolsonaro invitó a los militares a que le retiren el apoyo al mandatario, al que definió como «un títere de Cuba» y declaró que «el ocaso del socialismo llegó al Hemisferio Occidental y en nuestro país también».

En relación con Argentina, dos puntos del convenio firmado en la capital estadounidense afectan directamente al agronegocio: el gobierno brasileño comprará 750.000 toneladas anuales de trigo estadounidense libres de aranceles y planteó condiciones más ventajosas para la exportación de carne de cerdo de EEUU al socio más grande del Mercosur.

El cambio en el comercio del cereal implicaría pérdidas para los productores locales de unos 300 millones de dólares anuales, en desmedro de los chacareros de Montana y Kansas, que ahora podrán exportar el doble de lo que venían haciendo sin pagar el 10% de arancel externo del Mercosur que protege las ventas nacionales. Los representantes corporativos ya deslizaron que peirán al gobierno que tome cartas en el asunto a nivel diplomático.

En cuanto a los cerdos, se trata de un marco más extendido que incluye la reanudación de ventas de carne bovina brasileña en EEEU, para lo cual el país del norte enviará a técnicos que auditen el sistema de inspección en Brasil. Hace dos años la policía brasileña había detectado que varios frigoríficos maquillaban la carne que vendían en el exterior para ocultar que estaba en malas condiciones. Se llamó «Operación carne podrida» y afecto al mayor faenador del país, el FBS, que estaba implicado en el pago de coimas al entonces presidente de facto Michel Temer.

El compromiso cárnico entre Bolsonaro y Trump habla de «condiciones basadas en la ciencia» tanto para porcinos como para vacunos.

Pero el tema más espinoso para la tranquilidad regional sin dudas es el relacionado con Venezuela. Tanto Trump como Bolsonaro desconocen a Maduro a partir de negar validez a la reelección en 2018 y respaldan al titular del la Asamblea Nacional, el diputado Guaidó.

En la rueda de prensa posterior al encuentro privado con el presidente de EEUU, le preguntaron a Bolsonaro si entre lo que habían hablado con Trump se mencionaba a una intervención militar como la famosa «opción sobre la mesa».

«Hay ciertas cosas que si se divulgan dejan de ser estratégicas, no se puede hacer público eso. Es una cuestión de estrategia y todo lo que se habló aquí será honrado», respondió.

La intención del ex capitán brasileño es sin dudas llevar las cosas al terreno de las armas con tal de terminar con el «monstruo socialista». Pero su vicepresidente, Hamilton Mourao, ya dijo varias veces que esa no es una opción para los camaradas de armas del polémico inquilino del Planalto.

«Ninguna alianza neofascista logrará doblegar la voluntad independiente y soberana del pueblo venezolano, ni tampoco tendrá éxito al pretender sembrar odio y estrategias guerreristas entre los países del continente», sostiene el comunicado de la cancillería bolivariana.