El Buenos Aires Herald, el único diario impreso en inglés en el país, dejará de publicarse todos los días y pasará a ser un semanario que saldrá los viernes. La última edición del diario será el lunes próximo y la primera edición bajo el nuevo formato saldrá a la calle el 4 de noviembre. El anuncio fue hecho por el propio medio, que publicó un aviso a página completa en su edición del sábado 22 de octubre en la que se podía leer “Keep calm and wait till Friday» (Mantené la calma y esperá hasta el viernes). Los trabajadores del medio fundado en 1876 por el escocés William Cathcart afirman que la empresa, perteneciente al grupo Indalo de Cristobal López, podría despedir trabajadores en los próximos días.

El gremio de prensa es uno de los más afectados por la ola de ajuste y despidos que se produjeron en el país desde diciembre del año pasado. Y el Herald, uno de los diarios más viejos del país, que el mes pasado celebró sus 140 años, no fue la excepción: por primera vez pasará a ser un semanario que saldrá los viernes y en la empresa los trabajadores temen que la reducción también apunte hacia ellos.

Desde que la empresa comunicó que el diario se convertirá en un semanario, los trabajadores comenzaron a afrontar un ajuste en la planta. Según pudo averiguar Tiempo, al menos 20 ya recibieron llamadas de la oficina de recursos humanos del Grupo Indalo –dueño del 60 por ciento de las acciones desde el año pasado– en las que les anunciaron que esta semana iban a recibir el telegrama de despido. Entre los que recibieron este anuncio se encuentran periodistas, editores y diagramadores, y la redacción quedará reducida a seis o siete personas.

Durante la última dictadura cívico-militar, el Herald fue el único diario que se atrevió a denunciar las violaciones de derechos humanos y las desapariciones forzadas. Es más, allí se publicaban pedidos de familiares de desaparecidos, algo que generó que a su director, el periodista británico Roberto Cox, le pusieran una bomba en su casa y en la redacción. El Estado genocida lo detuvo en 1979 y luego de recibir múltiples amenazas dejó el país. Sus denuncias le valieron premios y distinciones en todo el mundo.