La Ciudad comenzó su primera semana de cuarentena dura con un amesetamiento de los contagios. En el distrito creen que de mantenerse el ritmo podrán volver a descongelar el aislamiento y retornar a la fase anterior luego del 17 de julio.

Con el coronavirus las noticias llegan tarde, la foto siempre es vieja y guarda relación con los días precedentes. Si bien la cuarentena dura comenzó en el AMBA el miércoles pasado, desde la semana anterior la movilidad había empezado a bajar y tuvo como correlato un estancamiento en la curva de contagios.

En el gobierno porteño se mostraron conformes con el cumplimiento de las nuevas medidas. “Hay un nivel razonable de acatamiento a partir del miércoles. Se notó mucho más el jueves y el viernes”, explicaron desde Parque Patricios. Allí aseguran que el “99% de los comercios” acató el protocolo impuesto para el área metropolitana. Si bien la cifra parece un tanto arbitraria, los inspectores porteños no aplicaron multas a los incumplidores, sino que realizaron “tareas de concientización”.

La ocupación de camas es el principal factor que obligó a retroceder a la fase 1, o 1,5, pues las salidas recreativas para niños continúan y los bancos permanecen abiertos. A diferencia de otros distritos, la Ciudad comunica solamente la cantidad de plazas de terapia intensiva correspondientes al sector público. Por el momento el 51% de los lugares para enfermos graves está ocupado.

“Creo que si la tendencia continúa vamos a tener elementos para pensar en volver. Muchos países entran y salen de la cuarentena con regularidad. Aunque sea una zanahoria que necesitamos todos”, explicó a Tiempo un funcionario de Rodríguez Larreta.

En esa línea algunos creen que si comienzan a descender los contagios diarios después del 17 de julio podrían abrirse nuevos rubros, como peluquerías, aunque hoy parece más una fantasía que la realidad. ¿Qué pasará si la situación en la Provincia no se estabiliza?, esa es la gran pregunta que nadie se atreve a responder.

El boletín epidemiológico que publica semanalmente la Ciudad muestra que en la mayoría de los barrios los contagios cayeron en términos absolutos y en casi todos bajaron en términos relativos. Persiste un problema grave: la incidencia del virus aún es mucho más grande en el distrito capitalino que en la Provincia, donde la población es cinco veces mayor.

Si bien en los barrios del centro y norte el ritmo cayó, en el sur y en el oeste, el número de casos diarios sigue muy alto. En Lugano se redujo el ritmo del 68% al 45% en la última semana, pero en términos absolutos hubo 755 nuevos casos, cien más que la semana pasada. Soldati pasó de un 57% de aumento al 39 por ciento.

Flores, la circunscripción con más casos totales (4041), pasó de una suba del 15% al 9%. Pero la situación parece lejos de estar controlada, en al menos seis manzanas del Barrio Padre Ricciardelli y en diez de la Villa 21-24 no tienen ni agua ni luz desde hace varios días. «