En 2014 explotó la bomba dentro de la Confederación Argentina de Básquet: 33 millones de pesos de deuda, vaciamiento y crisis institucional que se hicieron visibles gracias a la actuación de jugadores de la selección que, liderados por Luis Scola, tuvieron que meter presión al poner en duda su participación en el Mundial España 2014, cuando faltaban días de su comienzo. La presión dio resultado, ya que generó la renuncia del presidente Germán Vaccaro y se propuso la llegada de Federico Susbielles, ex basquetbolista y candidato a intendente de Bahía Blanca en 2007 por el Partido de la Victoria, para luego convertirse en gerente de Coordinación de Unidades Regionales de Gestión Local del PAMI de esa ciudad, hasta que el gobierno de Cristina Fernández lo aceptó como interventor de la CABB.

Susbielles, de 45 años y hoy presidente de la Confederación, le contó a Tiempo cuál es la actualidad del básquet nacional.

-¿Cuál es la situación de la CABB a dos años de la crisis?

-Totalmente distinta a lo que encontramos cuando asumimos. El básquet nacional recuperó la normalidad y la credibilidad internacional. Y esto nos hace pensar en la posibilidad de un crecimiento importante, sobre todo en la parte formativa y potenciar el desarrollo con programas que estamos implementando en todo el país. Es un buen presente que nos permite soñar con seguir creciendo.

-¿Dónde está Vaccaro?

-Nunca hablé con él y tampoco sé dónde está. Fuimos aceptados como querellantes en la causa y en breve vamos a presentar más información sobre el tema. Que la justicia se encargue.

-¿Cómo se recuperan estos 15 años perdidos?

-No podemos llevar el tiempo atrás. Ya fue, ya pasó, hay que mirar para adelante y despegar. Por supuesto que, como hombre del básquet, me genera mucho dolor todo lo que pasó, pero los jugadores fueron muy importantes en todo este proceso de recuperación. Luego de todo esto, ahora estamos siendo muy ambiciosos con nuestro proyecto. Queremos ser potencia por mucho tiempo.

-¿Qué fue lo que atrajo este buen presente?

-Esta normalidad instituciónal generó el desembarco de la NBA en la Argentina. El acuerdo que firmamos con ellos tiene que ver en la formación de nuevos jugadores. Se llama Junior NBA, tiene presencia en 40 países, con la intención de que vuelva el básquet a los colegios, dar a conocer la modalidad del 3×3 y contar con la posibilidad de una presencia fuerte de la liga estadounidense en el país. También fue importante el convenio que se firmó con San Lorenzo, que fue el primer equipo argentino en la historia en jugar ante uno de la NBA. Ellos son la excelencia, nos obliga a mejorar y a seguir trabajando. Tenemos que cuidar este lazo porque nos abre muchas puertas. Hay alrededor de 500 chicos en formación.

-¿Cómo se llega de estar en crisis a la candidatura para el Mundial 2023?

-Es algo que venimos conversando hace tiempo y lo hicimos porque creemos que la Argentina está en condiciones de organizar el Mundial. Por historia, por la pasión y por lo que se logró en los últimos años. Estamos preparando todo para llegar lo mejor posible a febrero, donde FIBA dará a conocer a los finalistas.

-Hay una pata floja con el tema infraestructura, algo que Horacio Muratore, presidente de FIBA, comentó en estos días…

-Con el tema infraestructura todo marcha según lo planeado porque damos por sentado que contamos con estadios como el Orfeo de Córdoba, el Polideportivo de Mar del Plata, plazas fuertes como Rosario, Mendoza y el estadio nuevo que se está haciendo en el Parque Roca para los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Muratore nos dijo que está muy contento con la candidatura. Sería una buena oportunidad para ver el recambio generacional, con jugadores como Campazzo, Brussino, Garino, Delía en plenitud. Y ni hablar de la generación que está más abajo.

-¿Qué tanto se meten los miembros de la Generación Dorada en la CABB?

-La relación con los jugadores de la Generación Dorada es muy fluida. Están siempre al tanto de lo que pasa y de lo que hacemos y apoyan la candidatura para el Mundial. Lo mejor que nos puede pasar es que sigan ligados al básquet cuando se retiren. Son jugadores que estuvieron en la mejores franquicias y en los torneos más importantes. Pertenecen a la elite. El aporte que puedan darnos es valiosísimo. Contamos con ellos. Todos ellos tienen una visión muy especial del básquet.

-¿Cuál es la situación con Sergio Hernández?

-Hablamos 45 días antes de los Juegos Olímpicos de Río y quedamos a tomarnos unos meses de evaluación. Sobre todo porque se viene una etapa nueva, con el cambio del sistema de clasificación para mundiales, con ventanas, algo similar al del fútbol. El Oveja es la prioridad número uno, con todo lo que hizo en estos últimos años se ganó el derecho a ser prioridad.

-¿Argentina se beneficia o se perjudica con el cambio de sistema de clasificación?

-Nosotros pensamos que nos beneficia, sobre todo porque nos dará la posibilidad de rotar jugadores y de viajar por todo el país, para difundir más el básquet y captar la atención de más chicos. En la CABB estamos trabajando ahora en la logística para estar preparados y no tener ninguna sorpresa.

-¿En qué consiste la ley que impulsó para los clubes de barrio?

-Es un proyecto que busca garantizar el funcionamiento de los clubes y que estas instituciones puedan cumplir con la gran función social que tienen, impidiendo que los prestadores de servicios puedan interrumpir el suministro en caso de deuda, mora o falta de pago por la suba de las tarifas. Ya tiene media sanción en el Senado y ahora pasó a Diputados. Cuando hablamos de la problemática de inseguridad, de falta de educación que tenemos en nuestro país y en la provincia de Buenos Aires, debemos poner en valor a los clubes de barrio, a su función, a la educación en valores que realizan cada día.