Los grandes empresarios siguen golpeados por el resultado de las PASO, que dejaron enclenque al gobierno de Cambiemos y al candidato Alberto Fernández, del Frente de Todos, en carrera abierta hacia un triunfo en primera vuelta.

La semana que pasó, el activismo empresario profundizó su separación de Mauricio Macri, al tiempo que avanzaron con los pedidos de reuniones a los candidatos a quienes aspiran a encolumnar detrás de sus proyectos de reformas económicas.

El Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp) tiene confirmados almuerzos en el Hotel Alvear con el candidato de Consenso Federal, Roberto Lavagna, el 24 de septiembre, y con el presidente Mauricio Macri el 18 de octubre. También invitaron a Fernández, quien esperan que confirme a su regreso de España.

En los ámbitos de reunión del Círculo Rojo la atmósfera es pesada. El descontento con los resultados del gobierno de Cambiemos marca niveles impensados tiempo atrás.

Miguel Blanco, coordinador del Foro de Convergencia Empresarial (FCE), reconoció a Tiempo que hay «preocupación» porque «la pérdida de valor que sufrieron las empresas es muy grande y eso desalienta la inversión». El empresario agregó que «el crédito en estas condiciones no aparece» y apuntó que la recuperación que asomaba en indicadores de julio «está en serio peligro, al igual que el empleo».

Daniel Funes de Rioja, presidente del Cicyp y hombre fuerte de la industria alimenticia, no pudo evitar la resignación ante Tiempo frente a las políticas del gobierno «que no son deseables pero sí inevitables» tras dos años de devaluaciones e inflación permanentes. «Estamos mirando el manejo de la coyuntura porque queremos previsibilidad. Esta semana ha sido positiva pero hay que ver», agregó.

Gélido

La amargura que reina en el empresariado fue clara el miércoles, en la IV Jornada de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la entidad que Macri eligió como interlocutora principal al asumir la presidencia.

Macri tenía que cerrar el acto. Cuando le tocó hablar, los pocos pasos que caminó hasta el atril le sirvieron para percibir el clima gélido que le ofrecía la plana mayor del empresariado argentino.

Fiel a su estilo, el presidente aventuró una broma para romper el hielo: «Hoy estamos más breves que nunca», dijo en referencia al tiempo que le asignaron para hablar. Si hubo risas, no se escucharon. Los únicos aplausos se escucharon cuando el presidente nombró al ministro de Economía, Hernán Lacunza, y cuando finalizó con su exposición.

El gobierno intentó revertir el enojo empresario con presencia de sus funcionarios en muchas reuniones sectoriales, en las que sólo cosechó críticas porque no llevó propuestas de políticas para reactivar la actividad ni respuestas puntuales a cuestiones de agenda, como los derechos de exportación.

El lunes pasado, en el acto de la Unión Industrial Argentina (UIA) por el Día de la Industria, al que asistió el ministro de Producción, Dante Sica, abundaron los cuestionamientos al proyecto económico oficial. El mismo día, en el Congreso de la Cámara de Agentes de Bolsa, en la Bolsa de Comercio porteña, hubo durísimos análisis económicos y políticos, en los que intelectuales muy escuchados por los empresarios calificaron a Macri como «un presidente devaluado» y a su proyecto político como «episódico e intrascendente».

Con Alberto Fernández como candidato más firme pero por ahora menos disponible para reuniones, y con Macri portando el estigma del papelón de agosto, los empresarios empiezan a calcular que hasta que se resuelva la contienda en octubre no hay mucho por hacer. Resignación. «

Autos: acuerdo con Brasil

Argentina y Brasil firmaron un acuerdo que mantiene hasta el 2029 la regulación en el comercio bilateral de automóviles, lo que otorga tiempo para que las empresas se adecúen a las reglas del tratado comercial entre el Mercosur y la Unión Europea.

«El pacto le otorga diez años al sector para que pueda desarrollarse en el camino de la innovación», dijo el ministro Dante Sica,en un acto conjunto con su par de Brasil, Paulo Guedes. El convenio crea una nueva escala de compensaciones mediante el sistema flex de importaciones y exportaciones bilaterales.