Antes de aprobar el préstamo stand by para la Argentina, los técnicos del Fondo Monetario Internacional sostuvieron que el ajuste necesitaría de un «amplio consenso político». Esto, traducido al esquema institucional local, implica que los gobernadores «acompañen» las medidas del presidente Mauricio Macri, que incluyen un tijeretazo presupuestario en las provincias. Hasta ahora hubo varias puestas en escena. Unos diez mandatarios provinciales dijeron  públicamente que acompañaban la consigna de bajar el déficit. Son declaraciones que el oficialismo busca. Sin embargo, será en el Congreso, cuando se abra la pelea por los recursos, donde se verá quiénes están dispuestos a pagar los costos que las políticas de Macri y el FMI producen. 

Se sabe que hay muchas provincias que necesitan auxilio casi permanente de la Nación para poder llegar a fin de mes con sus compromisos. Eso explica una suerte de oficialismo fijo, por parte de muchos mandatarios provinciales, más allá de quién esté en la Casa Rosada. El punto complejo es que lo que Macri va a pedir no es respaldo para aprobar leyes que beneficien a los grandes grupos económicos y financieros. Ahora se trata del ajuste producto del impacto de esas mismas normas que muchos gobernadores ayudaron a aprobar para la restauración neoliberal.

La duda que subyace es la siguiente: ¿tienen plafón en la opinión pública de sus terruños para impulsar el ajuste?  

«Los números de desaprobación de la gestión de Macri en el interior son parecidos a los del AMBA, quizás un poco mejor, pero no pasa del 27% positiva. Es decir que la rechazo es muy grande», dijo Hilario Moreno, director de la consultora Dicen. «No me parece que tengan margen en la sociedad para ajustar. La mayoría de los votantes de los gobernadores peronistas son opositores a Macri. Son más parecidos a los peronistas del Conurbano. El localismo es muy fuerte en las provincias y no es fácil para los mandatarios culpar al gobierno central de las medidas que tomen. Por lo tanto el costo político lo van a terminar pagando y el próximo año es electoral.» 

Para el consultor Carlos De Angelis, coordinador del Observatorio de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, es «difícil generalizar». «No son iguales la situaciones en Tucumán, Formosa o San Luis. Vos en Formosa echás a cinco empelados del Estado y a las dos horas los tenés tirándote piedras en la gobernación. No estamos en la lógica de los noventa, que se pagaban indemnizaciones a los trabajadores de las empresas públicas y luego se compraban un remís. La gente ya sabe que eso no funciona y que termina quedándose sin nada. Lo único atractivo que Cambiemos le ofreció a  los empleados públicos es que los mayores de 60 no vayan a trabajar y sigan cobrando hasta que les salga la jubilación”.

De Angelis sostuvo que el supuesto respaldo de los mandatarios provinciales al ajuste fiscal del macrismo es sólo una puesta en escena mediática. «En realidad están pensando por qué deberían apoyar los recortes de Macri. En las provincias es muy difícil cortar el gasto para cumplir con la meta del déficit. Es muy poco elástico el gasto. Cualquier decisión es un lío grande. Mi opinión es que el gobierno nacional no podrá hacer los recortes que pretende.»

«Hay otro punto a tener en cuenta para entender la actitud oscilante de los gobernadores–agregó De Angelis–. Ninguno de ellos quiere aparecer como el impulsor del descalabro de la gestión Cambiemos. Se cuidan mucho de eso. Para graficarlo con algún ejemplo: ninguno quiere ser lo que (Carlos) Ruckauf (exgobernador bonaerense) fue durante el corto mandato de Fernando de la Rúa. No quieren que los señalen como desestabilizadores».

Los dos analistas consultados por Tiempo coincidieron en que el respaldo social al presidente está cayendo en todo el país, más allá de los lógicos matices y diferencias. Remarcaron que el próximo año es electoral, lo que hace más difícil impulsar medidas que sin duda tendrán un impacto muy negativo en el humor social. «Si miramos la última elección, el peronismo amigable con el gobierno nacional quedó muy mal parado –destacó Moreno–. (Juan Manuel) Urtubey perdió en Salta y casi queda tercero.»  «