¿Cómo se hace para contar una época? O mejor, ¿cómo se hace para resumir en un disco la sensación de extrañeza que late en el mundo? Es una pregunta que ni se hace Roberto Musso, aunque las respuestas salgan solas y en forma de canciones.

Así es como el letrista y vocalista del Cuarteto de Nos acumuló un grupo de composiciones que después de pasar por el tamiz de la banda y la mano de Cachorro López, terminaron de formar Apocalipsis Zombie, el disco que el sábado la banda presentará en el Luna Park.

“Veníamos de Habla a tu espejo que había sido un disco más introspectivo escritas desde un yo más personal de Roberto” explica a Tiempo, Santiago Marrero, tecladista de la banda, acerca de este nuevo álbum que tiene como marca registrada el rock pero recorre diferentes ritmos que hoy suenan en toda América latina.

Apocalipsis Zombie es además del nuevo disco un desafío para Cuarteto de Nos (hoy integrado por Roberto Musso, Santiago Tavella, Álvaro Pintos, Santiago Marrero y Gustavo «Topo» Antuña), que en este trabajo presenta como productor a Cachorro López. El trabajo discográfico tiene doce canciones que configuran a simple vista un muestrario de seres freaks que viven, sienten y pelean día a día con lo que les toca vivir y sentir.

“Apocalipsis Zombie, desde el nombre, que además plantea un A hasta la Z, agrupa un universo apocalíptico donde está permitido que convivan la bestia, el ser invisible y todas esas particularidades que están en el disco contando su historia”, dice Marrero.

Entre los temas están “Gaucho power” (inspirado en aquel momento en que los alemanes que ganaron el Mundial 2014 se burlaron de los argentinos), “El Invisible”, “La bestia”, “El innombrable”, todos con personajes extraños, marcados, temidos y también a su modo entrañables.

“Cuando estaba haciendo las canciones estaba contento porque sentía que había descubierto un punto de vista desde donde escribir muy distinto a lo anterior que es lo más difícil. De repente, nos pusimos a pensar en por qué no elegir en ese bestiario de canciones una metáfora, como si fuera un símbolo de una sociedad que estamos viviendo ahora; el ser humano con todos sus conflictos”, agrega Roberto Mussa.

–¿Qué le aportó Cachorro López a la producción con respecto al que hacía Juan Campodónico?
Santiago Marrero: –Planteó una dinámica diferente de trabajo. Esa dinámica nueva hace que no tengas el tiempo que a veces dilata de más un proceso. Le aportó una matriz pop a un disco que a nivel conceptual y de capas de interpretación era denso, tenía mucha carga, muchos personajes, muchas cosas, Cachorro lo llevó a un universo más pop. Es un disco que tiene una riqueza enorme y una condensación de canciones con mucha información pero sin perder una costado pop interesante. Podés escucharlo sin prestarle atención mientras hacés otras cosas pero si te sentás a escucharlo en serio descubrís muchísimas cosas. Todo eso pasa en este mismo disco y eso lo logró Cachorro que pudo traducir acá todo ese lenguaje.

–Zombies, Gauchos, Bestias… ¿por qué elegiste otro camino para escribir las canciones de este disco?
Roberto Mussa: –En general, compongo todo junto, es un momento en el que surge la música, la letra, el lenguaje y la atmósfera musical. Cuando encuentro la idea de lo que quiero transmitir con una canción lo laburo muchas horas y me saco muchas dudas. Es un momento de probar y descartar, escuchar cada canción en diferentes estados y haciendo diferentes cosas. Pruebo tomando un trago con hielo y de noche, pruebo tomándome un café con leche pro la tarde, si esa canción resiste esos estados lo muestro recién a la banda. Me pareció muy interesante poder vivir el proceso que hice con estas canciones, en los anteriores había algo mucho más mío, más personal. Cuando la banda escuchó por primera vez estas composiciones hubo una gran algarabía porque estaba la noción de que se venía algo interesante.

–La banda siempre se sale del rock y cada vez amplían sus límites estilísticos, ¿hacia donde apunta la búsqueda?
RM: –Hemos pasado de tener arreglos o instrumentación más solapada que sale del rock, como por ejemplo lo hicimos en el disco Bipolar, nos gusta manejar esos estilos tanto a nivel compositivo como de estilos. En mi caso, estoy encontrando fuera del rock cosas más interesantes, hoy lo veo estancado en cuanto a propuestas novedosas, a nivel de arreglos, sonidos y novedad. Por más que uno no sea fan de otros géneros, de repente te puede gustar una canción con otra estructura o te gusta lo que pasa en el estribillo entonces por qué no incorporar aquello y traerlo a los otros géneros.
SM: –Los géneros relacionados a lo más mainstream han evolucionado en el desarrollo de la producción artística y a veces a nivel medular no te genera una emoción. Está bueno poder captar los recursos de otros estilos que no se escuchan mucho. Es una manera de ir generando instancias en las que le rock se puede desarrollar más plenamente, porque si no pareciera que el rock se institucionaliza y sólo puede ser de una manera. Cuando ampliamos vemos que queda buenísimo y que le da más pila al género.

– El crecimiento del rock en un Uruguay no es una novedad, pero desde adentro, ¿cómo es ese panorama?
SM: –Uruguay es un país chiquito con un desarrollo de bandas muy chiquito, está todo conviviendo en ese universo. En un momento el rock se quedó en el under relegado a cierto gueto aunque hoy hay una explosión de bandas nuevas que salen del país. A veces te encontrás con que un portal de Perú habla de una banda uruguaya que vos ni conocés.
RM: –De todos modos, a nivel exportación con NTVG con La Vela y El Cuarteto… debe ser numéricamente sin dudas el mejor momento de la historia del rock en uruguay, de gente girando por todas partes y de un público que ya te tiene como referente.

–¿Qué particularidad tiene el rock y la música popular uruguaya?
RM:–Es curioso porque las bandas más de nuestro palo no tenemos mucho en común, no somos todos iguales y eso permite y garantiza que todas tengamos siempre un lugar. En general, hay un gran nivel de canciones y eso se dio así también porque teníamos desatendido todo lo demás. Un espectáculo de rock de los 90 era un desastre, no tenían calidad técnica, no eran disfrutables, así que nos desarrollamos con la canción.
SM:–Hay algo natural que tiene que ver con las ganas de seguir creciendo. Nosotros crecimos al lado de dos enormes. Uno es Brasil con quien tenés una barra idiomática real a la que tenés entrada pero esa barrera existe. Si mirá para el otro lado, el otro gigante es Argentina adonde estás en media hora de avión y con sólo el hecho de llegar ya multiplicás por veinte lo que hacés. Me parece que el rock argentino tuvo un apogeo brutal que nos influenció y tuvo una meseta natural porque hace mucho que vienen produciendo, esa meseta le dio lugar a la novedad y permitió la apertura masiva hacia Uruguay. Son varios factores, profesionalismo pero sobre todo una necesidad de mirar afuera para crecer.

–Vienen de en sus inicios no creer del todo en sus canciones para luego convertirse en una banda con una amplísima posibilidad de elección de repertorio. ¿Qué relación tiene hoy el público con ellas?
RM: –Cuando arrancamos, veníamos de una dictadura que recién terminaba y nosotros aparecimos con temas que no tenían nada que ver con lo que estaba de moda. En aquel momento creíamos que nos iban a gustar sólo a nosotros y a cuatro gatos locos, lo cual sucedió por un tiempo. De hecho, hoy cuando vamos a un algún mercado nuevo, los primeros que se nos acercan son los más freaks… Eso habla bastante de la banda (risas)
SM: –No es una banda de diez temas y lo vivimos cada vez que hacemos un show, llegan mensajes a la página reclamando por algún tema que no hicimos. Está bueno que la banda ya tenga todo un universo de canciones y que se pueda elegir entre muchas. Hoy hay por lo menos diez o doce que mantiene la espina de los shows en vivo y la gente tiene que dejar en algún momento sus canciones para escuchar otras, para que el show esté vivo. Ese duelo lo hace la gente y también lo hacemos nosotros. El Cuarteto no es obsoleto, es un reflejo de la contemporaneidad de lo que está ocurriendo sin tomar una postura política e ideológica pero sí acompañando el tiempo.

La banda se presenta el sábado 19 de agosto a las 21 en el estadio Luna Park, Av. Eduardo Madero 420. 

«Apocalipsis Zombie», el tema que le da nombre al disco.