El legislador demócrata Jared Polis se convirtió el martes en el primer hombre abiertamente homosexual en ganar una gobernación en Estados Unidos, al derrotar al republicano Walker Stapleton en la carrera por el cargo en Colorado.

El congresista de 43 años fue claro sobre su orientación sexual durante la campaña, refiriéndose a ello a menudo en sus críticas al presidente Donald Trump. 

Kate Brown se transformó en la primera gobernadora bisexual cuando fue elegida en Oregon en 2015, mientras que otro gobernador, Jim McGreevey de Nueva Jersey, salió del clóset y admitió su homosexualidad antes de renunciar en 2004. Pero Polis es el primer candidato abiertamente gay en ser elegido gobernador. 

Sucederá al demócrata John Hickenlooper, quien ha estado en el cargo desde 2011.

Este empresario millonario, admitido en Princeton a los 16 años, dijo que se había propuesto llegar a ser gobernador cuando estaba en la universidad. 

Polis, quien es judío, cambió su nombre de Jared Schultz a Jared Polis a los 25 años para honrar a su abuela, según afirmó.

Es uno de los cientos de candidatos de la comunidad LGBTQ que participaron en estas elecciones de medio mandato, incluidos 21 para el Congreso y cuatro para gobernaciones.

«Candidatos LGBTQ se han postulado en números sin precedentes en cada estado de la nación y ya es una inspiración para que más LGBTQ se lancen», dijo Annise Parker, presidente de la organización LGBTQ Victory Fund, antes de los comicios.

«Este arcoíris de candidatos ciertamente está concentrado en estados y distritos azules [el color que identifica a los demócratas] pero cada vez hay más líderes LGBTQ en áreas conservadoras levantándose con la determinación de ser servidores públicos», añadió.

Su elección llega en medio de los enfrentamiento de la comunidad con el gobierno del presidente Trump, que se ha empeñado en cambiar definiciones de género que reverterían algunos derechos transgénero ganados durante el gobierno de Barack Obama.

Polis se postuló bajo una plataforma progresista, a favor de más cobertura de salud, un control de armas más estricto y más inversiones en energías renovables.

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