Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) le puso cifras a las impactantes imágenes de miles de jóvenes buscando trabajo en la Expo Empleo Joven que organizó el gobierno porteño en la Rural.

Según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el desempleo en jóvenes entre 18 y 25 años llegó a un máximo de 23,6 por ciento en el segundo trimestre del año 2016, unos 3 puntos sobre el año 2015.

“Los incrementos registrados en la tasa de desempleo en los jóvenes fueron similares a los aumentos experimentados por el desempleo general. Sin embargo, los jóvenes de entre 18 y 25 años son especialmente vulnerables en términos laborales, con altas tasas de desempleo persistentes aun en situaciones mucho más favorables para el mercado de trabajo en su conjunto”, analizó CEPA.

El estudio comparó los diferentes enfoques y programas de los últimos gobiernos para encarar el problema del desempleo en ese sector.

Destacó el Plan Progresar iniciado en 2014 dirigido a jóvenes que no se encontraran trabajando, trabajaran de manera informal o tuvieran un salario inferior mínimo y tenía como requisito la aprobación de una cantidad mínima de materias. “El programa llegó a cubrir un máximo de 958.747 beneficiarios en octubre de 2015 y fue un éxito en términos de escolarización del segmento etario comprendido”, indicó.

Con el cambio de gobierno, cambió también el enfoque hacia los jóvenes. “Desde la llegada de cambiemos se han acentuando los programas de inserción laboral bajo condiciones de precarización, en detrimento de los programas que incentivaban la formación profesional y universitaria de la juventud”, indicaron.

Señalaron que en julio de 2016, al finalizar el primer cuatrimestre universitario, ANSES deliberadamente dejó de brindar información sobre el programa PROGRESAR y muchos alumnos fueron dados de baja arbitrariamente.

“Por otro lado, se comienzan a enfatizar en el diseño de programas que puedan reducir el costo laboral de contratar jóvenes en empresas”, explicó el informe, en relación al convenio con Mac Donalds.

Luego de ese intento fallido, se lanzaron dos programas. El Plan Primer Empleo constituye el primer proyecto de ley laboral introducido por el gobierno de Mauricio Macri con el objetivo de estimular la creación de empleo formal para personas entre 18 y 24 años con reducción de las contribuciones patronales y una transferencia monetaria directa por parte del Estado.

A eso se sumó el plan Programa de Inserción Laboral que tiene por objetivo “empalmar” los planes sociales existentes en una relación de dependencia o nueva contratación. El programa establece una ayuda económica mensual que percibirán los actuales participantes de programas nacionales de empleo y de desarrollo social, que durante la nueva relación laboral tendrá carácter de subsidio al empleo y podrá ser contabilizada por los empleadores como parte de su remuneración laboral neta mensual.

“Estos tres últimos programas son ejemplos de la planificación de políticas laborales que ponen el foco sobre la flexibilización de la mano de obra para aumentar la demanda del empleo. De esta manera, se piensan planes de acción que focalizan en las necesidades de los empleadores cercanos al gobierno nacional más que en proteger los derechos de uno de los sectores más vulnerables del mercado de trabajo, los jóvenes”, señaló CEPA.