De villano a héroe en 18 minutos inolvidables. Esa sensación vivió Darío Benedetto, el delantero que ya comenzaba a ser resistido por algunos hinchas de Boca por las situaciones desperdiciadas en los últimos partidos. De hecho su sequía goleadora fue uno de los temas más abordados en la conferencia de prensa que brindó Guillermo Barros Schelotto el último viernes, en la que el técnico Xeneize volvió a apostar por él después de intentar en algunos encuentros con Walter Bou como único punta. La tarde/noche del domingo 25 de septiembre será recordada por el atacante surgido en Arsenal como el momento en que cumplió su sueño: Benedetto se destapó y antes de los 25 minutos le marcó tres goles a Quilmes y le dio una gran asistencia de taco para el tanto de Ricardo Centurión. Gracias a su gran actuación, el Xeneize goleó 4 a 1.

El último viernes, Guillermo Barros Schelotto dijo que a él nunca le pesó jugar en la Bombonera con la camiseta de Boca. “A los dos minutos ya había hecho un gol”, contó el Mellizo, diciendo que Benedetto debía bajar su ansiedad por el primer gol en el estadio Alberto J Armando (ya tenía uno en Formosa, ante Santamarina de Tandil por Copa Argentina). “Todos los días me imagino el gol en la Bombonera”, había contado el delantero en una entrevista con el diario Olé que se publicó ese mismo día. Su sueño, claramente, se cumplió y con muchas más emociones de las que se imaginaba.

En su séptimo partido con la camiseta de Boca y su tercero en la Bombonera, Benedetto, que llegó al Xeneize para la fase final de la Copa Libertadores en la que comenzó jugando incómodo de extremo, encontró el partido que necesitaba para ganar confianza y soltarse. “Yo sabía, la concha de su madre”, fue su desahogo cuando a los seis minutos puso el taco tras un centro de Gino Peruzzi para marcar el primer tanto de Boca y el primero en su cuenta personal. Y claro que sabía Benedetto que se le estaba por venir algo bueno: once minutos después, cuando el Cervecero ya había encontrado el empate gracias a Nicolás Da Campo, el Pipa recibió la pelota a más de 35 metros del arco rival, giró y le pegó al arco. Pese al vuelo del arquero César Rigamonti, la pelota fue a toda velocidad y terminó en el ángulo izquierdo. A los 22, todavía en el primer tiempo, metió otro taco de primera para habilitar a Ricardo Centurión, que convirtió el tercero. Para redondear unos minutos gloriosos, Cristian Pavón desbordó por la izquierda y Benedetto cabeceó para marcar su tercer gol personal y llevarse la pelota de recuerdo.

Entre el minuto 6 el que hizo su primer tanto y el 24 en el que marcó el tercero, Benedetto tendrá un video hermoso de 18 minutos para contarle a sus nietos el día en que marcó tres goles en la Bombonera, algo que en Boca en los últimos 25 años sólo había conseguido Martín Palermo en 2007, cuando terminó convirtiendo cuatro goles ante Gimnasia. Desde que el técnico decidió cambiar el esquema para encontrarle un lugar más cómodo en la cancha a Carlos Tevez, Benedetto dejó de jugar de extremo y pasó a jugar de único delantero de área, lugar en el que brilló en Arsenal y en México, tanto en Tijuana como en América.

Sin Tevez en la cancha, Boca volvió a ganar, pero esta vez por un héroe tatuado que cumplió su sueño y que en las primeras seis pelotas que tocó, marcó tres goles y dio una asistencia que terminó en la red. Benedetto la rompió, se destapó y, de paso, dejó con la boca cerrada a más de un hincha que ya lo estaba criticando por su falta de gol.

Los goles de Boca:

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