En el debut de la banda cambiaria que anunció el gobierno en el marco de sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el dólar cerró este lunes a $40,50 para la venta, $1,60 por debajo del cierre del pasado viernes 28 de septiembre, lo que representa una baja del 3,8 por ciento, si se toman los números del Banco Nación.

Según la página web del Banco Central (BCRA) a las 13 el precio de la divisa llegó a los $41,37 para la venta cayendo de los 41,89 pesos que cotizó en el corte previo, a las 11 de la mañana.

Tras una apertura marcada por la expectativa de operadores y analistas el resultado fue bien recibido por los mercados.

En cuanto al interés del público en general, la baja tiene una incidencia ínfima después de que la divisa aumentó 120% en lo que va de 2018 con repercusión en los altos índices de inflación que resultaron arrastrados por las corridas cambiarias de este año.

Aunque al inicio de la rueda partió de un precio en el orden de los 42 pesos, el precio cayó con el paso de las horas. De acuerdo a la información esa caída se explicó por la intervención del Banco Nación en las operaciones del segmento mayorista y por el anuncio del Banco Central (BCRA) de una liquidación de 60 mil millones de Letras de Liquidez (Lequit), dos elementos que se combinaron para morigerar la presión de la demanda.

Preocupación

El Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) manifestó su preocupación por la nueva política cambiaria.  En un informe de coyuntura la entidad destacó que en el espectro de flotación que lanzó el gobierno la semana pasada entre los 34 y los 44 pesos “la única relevante es la banda superior que implica el establecimiento de una ‘tablita cambiaria’ similar a la implementada por (el ex ministro de Economía, José Alfredo) Martínez de Hoz en la última dictadura militar”.

En los términos oficiales la evolución mensual busca ofrecer certidumbre a las inversiones en pesos y disminuir el ritmo de la corrida cambiaria, pero el CESO subrayó que los U$S 150 millones que pone el BCRA para mantener la tasa de depreciación en torno al 3% mensual es una cifra que “luce baja en relación a los U$S 250 millones que viene perdiendo en promedio el BCRA desde que el FMI desembolsó el  primer tramo del crédito”.

Por su parte, el consultor Salvador Distéfano definió que en octubre “se desata una guerra entre pesos y dólares” en la que el BCRA sacará pesos del mercado, subirá tasa y venderá dólares lo que “es probable que detenga la devaluación pero el costo será suspensiones despidos y cierre de pymes”.

El costo de la iniciativa oficial será una recesión de dimensiones desconocidas. “Tenemos la circulación congelada desde marzo y la demanda de dólares sigue creciendo. El pasivo del BCRA disminuye pero los actores económicos siguen comprando dólares”, explicó la fuente.  

A su turno, el Instituto para el Trabajo y el Empleo Germán Abdala (ITEGA) apuntó que la economía local “sigue sin poder escapar del estado permanente de tensión cambiaria”.

“El anclaje de las expectativas cambiarias permitiría salir paulatinamente del estado de tensión cambiara permanente y desacelerar en alguna medida la inflación” pero si la estrategia falla y persisten las tensiones cambiarias “las tasas de interés pueden alcanzar un nivel y una volatilidad que afecte de manera significativa al crédito y a las relaciones financieras en general” agregando otro factor de contracción a la economía.

Economía & Regiones planteó que el nuevo acuerdo con el FMI “no asegura la estabilización macroeconómica”. En relación con el dólar, la fuente destacó que el comportamiento del mercado parece ir “en procura de la banda superior de $44 por dólar para testear al Banco Central, su nueva política monetaria y al acuerdo con el FMI” por lo que anticipó que el acuerdo con ese organismo “no traerá tranquilidad para el mercado cambiario.