Una inmensa avidez de debate distinguió la segunda edición del Encuentro Federal por los Derechos Humanos que se realizó durante todo el día de ayer en los distintos espacios de la ex Esma.  Desde las 10 de la mañana comenzaron a constituirse las comisiones para los diferentes talleres, que se desarrollaron en un clima festivo. El encuentro fue cerrado por referentes de los organismos de DD HH, entre otros. 

En la Casa de las Abuelas se realizaron cinco actividades. En el marco de las declaraciones xenófobas que diferentes dirigentes políticos realizaron las últimas semanas, impulsados por la oleada Bolsonaro, el taller Migrar es un Derecho Humano tuvo la participación de referentes sociales y militantes, muchos de ellos extranjeros que plantearon la preocupación ante los ataques del gobierno actual. Se repasaron los derechos que se incorporaron a través de la Ley 25871 que el gobierno nacional modificó mediante DNU en enero de 2017.  Se habló acerca de la necesidad de una política de regularización para las tasas de inmigrantes que hoy tienen un valor de entre 100 y 300 dólares. «El migrante es un sujeto sin derecho», expresó Lourdes Rivadeneyra, presidenta del Frente Patria Migrante. «Esta ley que se logró durante el kirchnerismo no se aprobó de un día para el otro. Fue producto de una lucha que comenzó durante los ’90, cuando llegamos muchas mujeres desde los países vecinos a trabajar acá», agregó Rivadeneyra.

La persecución a los trabajadores senegaleses fue otro de los temas que ocupó el debate. «Sufrimos una persecución sobre nuestra corporalidad negra que se hace cada vez más violenta. Muchos de los trabajadores de nuestra nacionalidad tienen una gran formación técnica y cultural pero por su actividad son discriminados», remarcó uno de los referentes de cultura afro al frente del taller.

En la comisión de Juicios de Lesa Humanidad la principal preocupación se centró en las prisiones domiciliarias de los represores, en las demoras en los procesos, en la constitución  de los tribunales y en el vaciamiento de las estructuras de apoyo. El espacio estuvo coordinado por la abogada de Hijos Rosario, Ana Oberlin.

Uno de los planteos sobre las domiciliarias lo realizó la psicóloga Adriana Taboada, quien alertó que la norma es vieja y no prevé los juicios de lesa humanidad: «La población carcelaria es joven. A los 70 años la mayoría ya cumplieron la condena. No ocurre lo mismo en los juicios de lesa donde los acusados ya son mayores».

La fragmentación de las causas, las malas prácticas en los tribunales, la reiteración de penas bajas y la reticencia al juzgamiento de miembros de la Justicia por su complicidad con la dictadura y al avance de la causa de Malvinas, fueron algunos de los otros temas.

En la mesa que se ocupó de los presos políticos de la era Macri circuló una consigna central: visibilizar. Una propuesta fue incrementar esa campaña en la cumbre del G20 y la Copa Libertadores. Cristina Sanzone, que leía las conclusiones, sostuvo: «Tenemos que lograr en 2019 volver al gobierno, pero sin presos políticos». 

El diputado nacional del Movimiento Evita Leonardo Grosso, flamante compañero de bloque de Felipe Solá, que formó parte del taller de Violencia Institucional. «Se abordó la necesidad de encarar estrategias para una reforma judicial, una reforma policial profunda, que interpele a las fuerzas de seguridad, para que sean parte de la comunidad, y una reforma legislativa de derechos de las personas privadas de su libertad –destacó Grosso–. Estuvimos haciendo un repaso general y coincidimos en el diagnóstico: desde que llegó el gobierno de Mauricio Macri, con las políticas de mano dura y tolerancia cero de Patricia Bullrich, lo único que se logró es empeorar los indicadores en materia de Derechos Humanos». «Debemos interpelar a la sociedad para que ese no sea el discurso único», opinó

Los debates en la Comisión de Comunicación se refirieron a la necesidad de entenderla como un derecho humano. «La libertad de expresión es un sayo que queda bastante estrecho y para los pueblos es necesaria la comunicación en clave de Memoria, Verdad y Justicia», destacó Cynthia Ottaviano, una de las coordinadoras del taller. «Se reclamó la necesidad de crear un observatorio para sostener este derecho y generar vínculos entre los diferentes espacios, a pesar de los momentos que se viven, de concentración comunicacional y trabajadores de prensa despedidos y precarizados», agregó. «