«Estamos negociando para producir Sputnik V en la Argentina». La frase de Kirill Dmitriev, director del Fondo Ruso de Inversión Directa, que financia la fabricación de la vacuna del Instituto Gamaleya, parece la llave que podría destrabar cualquier obstáculo a la provisión de inmunizaciones anti Covid-19 para el país, no en el corto plazo, por supuesto, pero sí con vistas a enfrentar una pandemia que quizás nunca se vaya del todo.

Horas después del anuncio de la publicación de los resultados de los ensayos clínicos de Fase 3 de la Sputnik V en la revista especializada The Lancet, suerte de espaldarazo final para el desarrollo inmunológico ruso, que despeja todas las dudas reales o imaginarias sobre su efectividad, Dmitirev adelantó que el Fondo Ruso mantiene tratativas con dos laboratorios locales para que, del mismo modo que Gamaleya realizó la transferencia tecnológica necesaria para que la vacuna se fabrique, por ejemplo, en plantas de la India y Corea del Sur, también se fabrique aquí.

«Estamos en negociaciones con dos compañías locales, pero todavía no tenemos los acuerdos firmados como para dar más detalles», agregó, durante la breve conferencia que brindó a medios argentinos este martes. El funcionario destacó la calidad de los investigadores y de las instalaciones y procesos productivos locales, y explicó que existe la capacidad técnica y profesional para fabricarla enteramente en el país, tanto el principio activo como el preparado y envasado de las dosis.

Además de ser sede de diversos estudios clínicos, como el de Pfizer-BioNTech, la Argentina produce en un laboratorio local –mAbxience– la sustancia activa de la vacuna desarrollada por AstraZneca y la Universidad de Oxford, de la cual ya se enviaron 6 millones de dosis para ser envasadas en México, y que se destinarán a la población latinoamericana (a excepción de Brasil).

El anuncio del Fondo Ruso sumaría un nuevo desafío para la producción farmacológica argentina, además de sentar una baza importante a la hora de asegurar la disponibilidad futura de vacunas. En el contexto del anuncio de que Gamaleya y AstraZeneca conversan para obtener ventajas comparativas a través de una eventual combinación de ambos desarrollos, no sería extraño que uno de los laboratorios con los que podría acordar el Fondo Ruso sea, precisamente, mAbxience, compañía controlada por el Grupo Insud, de Hugo Sigman. 

Consultado por el cronograma de envíos de Sputnik V a la Argentina, Dmitriev sostuvo que están trabajando en esa grilla, aunque no dio fechas ni detalles, y remarcó que, efectivamente, la alta demanda de vacunas está generando una demora en las entregas, y que los próximos lotes provendrían de las plantas de India y Corea.