Más de 170 mil jóvenes que buscaban empleo. Unas 300 empresas pusieron sobre la mesa 20 mil puestos de trabajo. El resultado, apenas 1813 jóvenes con empleo. ¿Cuáles son los motivos del estrepitoso fracaso de la Expo Empleo 2018?

El objetivo inicial de los organizadores era concretar alrededor del 50 por ciento de los puestos, tal como había ocurrido en la edición 2017, cuando había en juego 10 mil puestos y se concretaron cerca de 5 mil. En la primera edición (2016), se rubricaron mil contratos, de un total de 3 mil. Los números de 2018, entonces, son más que contundentes: se ocupó apenas el 9% de los puestos vacantes y sólo el 1% de quienes se acercaron a la Expo consiguieron el objetivo.

La explicación oficial del fracaso está centrada en la falta de idoneidad de la oferta. “El mercado requiere programadores, enfermeros, personal de logística, gastronómicos y otros puestos con conocimiento de idioma”, publicó el diario Clarín. En tanto, “los jóvenes al pensar en su futuro siguen optando, en su mayor parte, por ‘carreras tradicionales’”, explicó Paula Quattrocchi, secretaria de Relaciones Institucionales de la Universidad de Buenos Aires, en el citado medio.

Sin embargo, números tan bajos en un contexto en que la desocupación en los jóvenes por encima del 20%, deberían tener una explicación más profunda. “Esa explicación es una mentira importante. Las empresas están buscando poco personal. Y cuando buscan en los jóvenes, lo que más crece son empleos del tipo Rapi, Glovo, algo de Call Center. En algunos casos, buscan nuevas especializaciones, pero no hay un incremento muy grande en esa búsqueda; es un sector marginal en términos de empleo”, analizó Oscar Martínez, integrante del Taller de Estudios Laborales (TEL).

“No hay demanda de mano de obra. La segunda es que las empresas fundamentalmente buscan jóvenes en negro, lo cual se puede corroborar en la Encuesta Permanente de Hogares (Indec), y no los van a ir a buscar a ese tipo de lugares. Lo que ocurrió está dentro de lo esperable”, aseguró Martínez.

Martínez criticó también a la propia creación de la Expo: “Es absurdo buscar fomentar la creación de puestos de trabajo en una feria montada en el centro de la Ciudad. Es algo que está hecho para la tribuna. Si querés resolver el problema del empleo joven, tenés que insertarte en los lugares donde está ese problema”.

Luis Campos, coordinador del Observatorio de Derecho Social de la CTA, coincidió en que la contracción de la demanda laboral es una explicación más lógica. “Habría que ver en detalle en qué consisten esos 20 mil puestos. En general, si bien hay una búsqueda de nuevas formaciones, lo que hay es una gran incertidumbre en las empresas. Por eso, ante la posibilidad de contratar nuevos trabajadores, la reacción del común de las empresas es conservadora”.

En el mismo orden, Campos analizó: “1 de cada 4 personas está buscando trabajo activamente, entre desocupados, subocupados demandantes y ocupados demandantes. En la población joven, este número seguramente es más alto, ya que las estadísticas muestran que el empleo joven es el más crítico. Por eso, cuesta pensar que sea un problema de oferta”.

Según Campos, “en este momento, no se está contratando mucho. Hoy, las empresas intentan no despedir y están muy preocupadas por la situación macroeconómica. La tasa de entrada es muy baja”.

Por otra parte, “las empresas no suelen estar dispuestas a hacerse cargo de la formación”. En otras épocas, “los jóvenes entraban a las empresas como aprendices y ese proceso de formación se realizaba dentro de la propia empresa. Hoy, las empresas buscan a trabajadores ya formados”, finalizó.