El gobierno aspira a tomar deuda por 55 mil millones de dólares para atravesar el año 2017 sin sobresaltos. Es un número significativo para un año crucial, en el que se realizarán las elecciones legislativas que dejarán plantado el panorama político de cara a una eventual renovación, o no, del mandato de Mauricio Macri.

Los cálculos surgen del proyecto de presupuesto que ingresó la semana pasada al Congreso y que autoriza un endeudamiento público de $ 1,73 billones. Ese monto servirá para cancelar los vencimientos de deuda previstos para el año, que superan el billón de pesos; otros $ 212 mil millones de aportes de capital (adelantos a gobiernos provinciales y proveedores de obra pública, entre otros) ya comprometidos para el próximo período; y los $ 480 mil millones de resultado financiero negativo (déficit fiscal y pago de intereses) que arrojará el ejercicio.

De todas maneras, los especialistas anticipan que el gobierno no tomará todo ese monto. «Varios de los conceptos incluidos en la amortización de deuda y cancelación de pasivos pueden ser refinanciados de manera automática, por lo que no constituyen una carga financiera efectiva», advierte un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP). Entre las deudas se cuentan los adelantos transitorios que realizó el Banco Central, como también los títulos públicos en poder de organismos oficiales y que se da por hecho que serán refinanciados. En el caso del BCRA, el proyecto prevé renovar la deuda de $ 340 mil millones y ampliarla en otros $ 90 mil millones.

Con esos descuentos, ASAP calcula que la necesidad de financiamiento efectiva será de $ 977.287 millones. «Es una magnitud significativa, pero sensiblemente menor al monto bruto», reconocen desde esa asociación. Considerando la paridad promedio de 17,92 pesos por dólar sobre la que se basó el Presupuesto, ese monto equivaldría a casi U$S 55 mil millones, un 23% del actual stock de deuda pública, estimado por Economía en U$S 245 mil millones.

El CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) pronostica que ese valor estará apenas por debajo, en $ 960 mil millones. «Proyecciones más realistas, déficit fiscal persistente y financiamiento a través de deuda en los mercados voluntarios son los pilares de este presupuesto», sostiene Walter Agosto, investigador de esa organización.

En su mensaje al Congreso, el gobierno fija su estrategia y revela que «la diversificación de fuentes financieras será prioritaria, buscando el menor costo financiero posible, con operaciones de distintos plazos». Para eso planea colocaciones en el mercado local, refinanciación de vencimientos y colocaciones en el mercado internacional, suscripción de letras del tesoro de corto plazo y financiamiento de organismos internacionales.

La aprobación del Presupuesto será crucial, ya que le permitirá al oficialismo financiar la obra pública para sacar la economía del letargo y encarar con chances de éxito las elecciones de octubre del año que viene. En la Casa Rosada saben que para ganar las presidenciales de 2019 necesitan salir airosos de las legislativas de medio término. Por eso en su visita a Diputados el ministro Alfonso Prat-Gay defendió el endeudamiento. «La alternativa sería no honrar las deudas del gobierno anterior o hacer un ajuste fiscal, que no es lo que queremos», dijo el titular de Hacienda. El economista Eduardo Levy Yeyati defendió la postura oficial: «Si no se baja el déficit no podés salir a robar, entonces te endeudás.»

Un informe de la consultora Ecolatina alerta que esa estrategia tendrá dependencia de la tasa de interés que intentará cobrar el mercado, variable que el Gobierno no puede manejar. La consultora que fundó Roberto Lavagna cree que no será fácil cumplir las metas fijadas en el presupuesto, sobre todo el 17% de inflación. «La tasa de interés a la cual el gobierno logre cubrir el rojo fiscal aumentaría si las metas no se concretan. Mientras mayor sea ese rojo, más financiamiento local necesitará», señaló. Aunque en Europa la tasa es casi nula, el gobierno argentino debió convalidar entre 6,25 y 8% de interés en sus colocaciones de este año. Endeudarse, está claro, no será gratis. «