Sin el consenso pleno de los sindicatos y sin el apoyo del PJ, el macrismo demora el debate en el Congreso.
El oficialismo evaluó que las condiciones no son las más
favorables para el tratamiento de un reforma laboral y decidió postergar el
debate sin fecha cierta, aunque nadie se anima a descartar que la discusión
comience en marzo.
El anuncio de la CGT de revisar su decisión y tratar de
unificar un criterio dentro del Consejo Directivo y la poca predisposición de
los senadores peronistas a dar el debate terminaron por inclinar la balanza en
pos de la postergación de la reforma.
Una de las alternativas que baraja el Ejecutivo para
destrabar el tratamiento es reformular la reforma de manera integral que genere
más consenso. Sin embargo, el clima político externo que ya piensa en las
próximas elecciones y el que se vive dentro de la CGT con una amenaza de
fractura permanente hace pensar que el consenso es imposible.
Sin el aporte del titular del Bloque Justicialista en el
Senado, Miguel Ángel Pichetto, y con una central obrera que anuncia a través de
sus secretarios generales que no pondrá el cuerpo por el proyecto del Gobierno.
Los ediles oficialistas recibieron el rumor que salió de la
Casa Rosada con alivio. Los legisladores de Cambiemos, luego de un fin de año
intenso, prefieren un comienzo de año tranquilo. Sin la reforma laboral, por
ahora, en el temario de las supuestas extraordinarias que se convocarán para
febrero, el deseo parece hacerse realidad.