El gobierno nacional comenzó a pensar en un plan B por si fracasa el intento de colocar a la titular del Tribunal Superior de Justicia porteño, Mónica Inés Weinberg de Roca, al frente de la Procuración General de la Nación. Y la búsqueda comenzó por sacar del tablero a los candidatos que «conspiraron» contra la elegida del presidente Mauricio Macri.

En la Casa Rosada cayeron mal las declaraciones del fiscal general Ricardo Sáenz, quien dijo esta semana en una entrevista televisiva que el Poder Ejecutivo debió haberle ofrecido el cargo de procurador general de la Nación a uno de los fiscales que, como él, pusieron «el cuerpo». Por lo que no saldrá de ahí el nuevo postulante si Weinberg de Roca no supera el filtro del Senado. 

¿La Casa Rosada ya tiene un plan B por si se cae la postulación de la actual candidata? «Todavía no, pero sabemos que no sería ninguno de los que hoy conspiran contra ella», aseguró un funcionario del gobierno ante la consulta de Tiempo Argentino. Y agregó que en el entorno de Macri no ven como una mala idea que se prolongue por tiempo indefinido el interinato de Eduardo Casal al frente de la Procuración, a quien definieron como «muy sólido».

La jueza Weinberg de Roca deberá presentarse el martes a las 14 ante la comisión de Acuerdos del Senado, donde será sometida a una suerte de examen de antecedentes en el marco de la audiencia pública en la que también la interrogarán sobre temas coyunturales como su posición frente al debate sobre la despenalización del aborto. Una parte de su futuro dependerá de cómo defienda su candidatura. La otra estará sujeta a los acuerdos que el oficialismo pueda ofrecerle a la oposición.

La candidatura de Weinberg de Roca había sido presentada por Macri en marzo en otro contexto político y social. Por entonces, desde el oficialismo creían que el paso por el Senado sería poco más que un trámite, y que ante alguna eventualidad podrían ponerse en juego otras designaciones, como la del defensor del Pueblo. Pero el clima cambió.

«Si en la audiencia le va bien va a poder lograr los votos», insistió, sin mucho entusiasmo, un encumbrado funcionario del gobierno, aunque reconoció que la cuestión «se puede complicar». Como sea, aunque Weinberg sortee con éxito la audiencia pública y consiga un dictamen de mayoría, le costará lograr la mayoría especial de dos tercios cuando su pliego llegue al recinto de la Cámara Alta (donde el oficialismo tiene 25 de las 72 bancas), aseguraron fuentes parlamentarias.  

La incertidumbre parece haber sido captada por aquellos fiscales que habitan los tribunales federales porteños ubicados en Comodoro Py 2002, y que aspiran a ocupar el sillón que hasta fines del año pasado cobijaba a Alejandra Gils Carbó. «Se cae Weinberg de Roca», comenzaron a hacer circular en los últimos días los autopostulados.

Sáenz, el fiscal general ante la Cámara del Crimen, salió directamente a hacer campaña. «No estoy contra Weinberg de Roca porque su currículum es impecable, pero muchos estábamos preparados para el cargo. Pensé que iba a haber un reconocimiento para los fiscales que pusimos el cuerpo», dijo en una entrevista.

En el mismo reportaje se explayó: «En mi forma de ver, creo que (la Procuración) debería recaer en algún fiscal (Weinberg de Roca es jueza), debía ser un reconocimiento a lo que hicimos, un guiño al Poder Judicial». Pero nunca aclaró qué fue lo que hicieron los fiscales ni qué podría deberle el Poder Ejecutivo al Poder Judicial. «