Cuando el hijo le avisó de la noticia, Omar Gette prendió la computadora, entró a la página web de la revista y se quedó mirando la pantalla sin entender nada: el 16 de enero de 2018, la productora Torneos, dueña de la marca, decidió cerrar la revista El Gráfico. Este jueves hubiese cumplido 100 años de su primera publicación, el 30 de mayo de 1919. Gette vive en Guatraché, provincia de La Pampa. Es uno de los tantísimos coleccionistas de El Gráfico desperdigados por Argentina y América Latina, una especie que sintió en la intimidad el golpe final a la revista. “Toda la vida fui muy dependiente de El Gráfico. El cierre fue una mezcla de tristeza y vacío”, dice Gette, que tiene la colección (casi) completa.

En Rafaela, Santa Fe, Daniel Bertona empezó a coleccionarla a partir de su fanatismo por las 500 Millas Argentinas, clásica prueba en esa localidad. “El primer número a un deportista de automovilismo fue en abril de 1921, Nº 97, donde Udaondo gana una carrera organizada por el Automóvil Club”, precisa Bertona, que esperaba la llegada de la revista vía el tren expreso. Hoy conserva los ejemplares en cajas, lejos de la humedad, con Bookkeeper, un spray especial. “El Gráfico sufrió crisis, sabíamos que algo iba a cambiar. En 2003 pasó de semanal a mensual, y la última tapa de automovilismo fue en septiembre de 2011, donde salió Sebastian Vettel. Siento mucha tristeza. Hoy lo digital ha cambiado todo y lamentablemente generaciones de chicos se van a perder la historia gráfica del deporte”.

La colección completa de El Gráfico, en Mercado Libre, cuesta hoy 700 mil pesos. Todos los ejemplares con tapas de River, 143 mil. Las revistas de la década de 1980, 50 mil. La edición Nº 281, de 1924, con una mujer posando en malla, disruptiva, 2800 pesos. “Entre 1920 y 1960 puso a más mujeres en tapa que cualquier otra revista deportiva de Latinoamérica, más que Jornal dos Sports en Brasil o Estadio en Chile -detalló la periodista Magalí Robles-. Sin embargo, sólo el 10% fueron destinadas a mujeres, y nada más que el 6% a mujeres atletas, ya que en sus principios era una revista dedicada al interés general”. El Gráfico modeló la construcción de “la nuestra”, el pase y la gambeta en oposición al pelotazo y el físico inglés. “Estilo y virtudes masculinas en El Gráfico, la creación del imaginario del fútbol argentino”, tituló un artículo el antropólogo Eduardo Archetti. También apañó a la última dictadura militar, que organizó el Mundial de Argentina 78. Y nunca vendió tantos ejemplares (880 mil) como con Diego Maradona y la Copa de México 86.

“Cuando no estés, ¿qué hacemos con las revistas?”, le preguntó el hijo a Joaquín Finat, periodista, que tiene la colección completa después de tardes de domingo hurgando en Parque Rivadavia y Centenario. “El día que no esté, no las tiren -le dijo Finat a su familia-. Si quieren, las pueden vender por Internet. O pueden donarlas a una biblioteca. Pero, por favor, no las tiren”. En coleccionelgrafico.blogspot.com hay familiares de coleccionistas que ofrecen parte del tesoro. Hay comentarios desde Uruguay, Chile, Panamá y más. También desde diferentes puntos de Argentina que buscan el ejemplar perdido, el que falta en el estante. “Hola, me llamo Renato Andreuzzi, y soy de Punta Arenas, Chile. Hace más de 25 años que colecciono El Gráfico y debo tener unos 2200 números. Me gustaría saber dónde puedo encontrar revistas de los años 30 en adelante en Buenos Aires, porque viajo para allá en unos meses”, se lee en el blog.

Maximiliano Roldán tiene la colección en su casa de Avellaneda. Arma, día a día, el inventario. Empezó a archivarlas después del torneo local que ganó Independiente en 2002. Pero antes, de chico, las buscaba con el padre en el Bajo porteño y Avenida Corrientes. La última tapa, resalta, es la del entrenador Ariel Holan con la Copa Sudamericana 2017. “Es una adicción hasta el día de hoy, y el cierre le dio otro valor a los ejemplares -advierte Roldán-. Estar con la revista, digitalizarlas, es mi cable a tierra. Cuando me desconecto de la vida rutinaria, me conecto con la revista. Es mi mundo. Puede haber cerrado, pero El Gráfico no murió”.