Integrantes de La Poderosa viajaron a Ginebra, Suiza, para dar precisiones ante la ONU de cómo las fuerzas de seguridad controlan el territorio y someten a los vecinos de las populares barriadas de la periferia. La organización había elaborado un informe a mediados de año, junto al Comité para la Defensa de la Salud, la Ética y los Derechos Humanos, donde daba cuenta sobre las violaciones del Estado argentino de la Convención de los Derechos del Niño.

“Nos toca gritar en el corazón de la ONU a partir de una presentación que hicimos en el mes de junio sobre diez casos que incluyen prácticas de torturas extremas como pasarle electricidad a una persona o simulacros de fusilamiento hasta detenciones arbitrarias injustificables como el caso insólito de dos compañeras que intentaban registrar el accionar irregular de los funcionarios públicos que arrestaban a un malabarista en Formosa por infringir la contravención que dice que no se puede mantener elementos suspendidos en el aire que puedan herir la integridad de terceros. Se agarraron de esa contravención que te sanciona por colgar una maceta de 200 kilos sobre dos piolines y se la aplicaron a un tipo que tira tres mandarinas en la esquina para pedir monedas y poder comprar un sánguche», explica a Tiempo Argentino Nacho Levy, referente de La Poderosa, desde Ginebra.

El informe, traducido a todos los idiomas y que ya está en manos de los miembros del Comité, contempla el caso de Iván Navarro, de 19 años, y de su amigo Ezequiel Villanueva Moya, de 16, que el año pasado fueron secuestrados por siete prefectos que los torturaron a la vera del Riachuelo, en la Villa 21-24. Gracias a la organización de los vecinos y la denuncia de organismos de Derechos Humanos los sospechosos están presos a la espera del juicio oral. 

«Estos diez casos son apenas una muestra -analiza Levy-, porque sólo en el último mes presentamos mil denuncias. Por eso es necesario el control popular de las fuerzas de seguridad que esperamos que se convierta en un proyecto de ley. Apuntamos a poder crear una institución, un organismo del Estado como la Procuraduría Penitenciaria que regula el accionar adentro de las cárceles, pero que pueda controlar o fiscalizar desde la sociedad civil el accionar de las comisarías y sus dispositivos territoriales que son en general quienes administran el delito adentro de nuestros barrios y quienes garantizan la impunidad y el silencio que padecemos los vecinos de las villas desde hace muchísimo tiempo».

Hace unos días atrás, integrantes de La Poderosa contaron la experiencia de la organización en Cuba, donde fueron convocados por la Casa de las Américas y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales para disertar en el panel del IV Encuentro de Pensamiento y Creación Joven «Casa Tomada». En estas horas, en tanto, se proyecta en Basilea, Suiza, la película Ni un pibe menos. 

«Vinimos a contar lo que llevamos en el cuerpo, la impotencia que sentimos por asesinatos impunes a niñas y niños de nuestros barrios o por los atropellos que hemos podido visibilizar gracias a esa condición de inocencia inapelable que conllevan nuestro chicos pero la realidad es que esa cotidianeidad que padecen ellos, es la misma que padecen las familias con el agravante de que cuando las víctimas son adultos, se hace mucho más difícil de visibilizar porque si aquella bala que le pegó a Kevin en 2013, le hubiera dado a mi compadre, entonces hubieran dicho que se trataba de un jefe narco», completó Levy.

«Si bien fuimos convocados por la Organización de las Naciones Unidas, vinimos con el mandato de todas nuestras asambleas y con un camino de organización popular que venimos construyendo desde hace 14 años. No estamos acá para ser cordiales con ningún protocolo. Para nosotros ya es una conquista que se pueda traer la realidad de nuestros barrios en primera persona. Estamos acá para sumar una plataforma más de visibilidad, para que nos escuchen, nos sientan, para que aprendan de la realidad que desconocen y para que a partir de eso le exijan al Estado argentino las respuestas que todavía nos debe como: ¿Por qué sigue en actividad el jefe del operativo que liberó la zona más de tres horas cuando asesinaron a Kevin?; ¿Por qué todavía no tenemos fecha para el juicio oral de los siete prefectos que torturaron a Iván y Ezequiel?; ¿Por qué tenemos que seguir padeciendo de manera sistemática los atropellos de las fuerzas de seguridad que siguen viniendo a nuestros barrios sin identificación y con toda la protección del mundo para seguir ejerciendo el terror con total impunidad?; Y, también, ¿dónde está y qué carajo hicieron con Santiago Maldonado?», concluyó.