Uno de los datos más sorprendentes del conflicto de AGR es la presencia de numerosos efectivos de la Policía Federal y de Gendarmería en dos establecimientos que pertenecen al Grupo Clarín en los que no existe conflicto alguno.

Desde la madrugada del lunes 16 se hizo sentir la presencia de efectivos de la esas dos fuerzas de seguridad tanto en la redacción del diario Clarín como en la planta impresora de ese diario. La redacción funciona en un edificio ubicado en la calle Tacuarí, entre Finochietto e Ituzaingó y que ocupa prácticamente toda esa manzana. La imprenta se encuentra sobre la calle Zepita.

Al respecto, el secretario general de la Comisión Interna de AGR, Pablo Viñas, denunció durante la conferencia de prensa del miércoles 18 realizada en la planta, que el gobierno nacional sabía de la decisión del Grupo Clarín de despedir a los 380 trabajadores ya que los efectivos de seguridad “estuvieron tanto en la redacción de Clarín como en la planta impresora de Zepita antes de que se conocieran los despidos”.

Consultada una fuente del Ministerio de Seguridad porteño, que dirige Martín Ocampo, admitió que el despliegue de policías federales en esos dos establecimientos “se produjo por pedido de la empresa para prevenir ataques allí” y aseguró que ese pedido se realizó días antes del lunes 16, cuando los trabajadores del turno de la mañana de AGR se enteraron de los despidos y del cierre de la planta al intentar ingresar para ocupar sus puestos de trabajo, a las seis.

En tanto, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, que dirige Patricia Bullrich, indicaron que la “orden de movilización” de los efectivos de Gendarmería se efectuó por decisión de las “autoridades de la fuerza junto con las del Ministerio”. Según la fuente consultada, el pedido del Grupo Clarín llegó días antes del lunes 16, al igual que en el caso de la Policía Federal y también para “evitar desmanes”.

Ni la Policía Federal ni la Gendarmería explicaron quién podría efectuar esos “desmanes”. Lo cierto es que los trabajadores de prensa de Clarín reclamaron en asamblea que la empresa retire a la policía desplegada en la manzana del edificio en el que funciona la redacción.